Hna. Elda Lui, 50 años de testimonio del amor y la fidelidad de Dios

Dando gracias a Dios por su fidelidad, y en el marco de una Misa a la chilena, celebró la Hermana Elda Lui su 50 aniversario de consagración religiosa, el pasado domingo 6 de septiembre.
Rodeada de la comunidad de la parroquia N. Sra. de la Esperanza, en Copiapó, la Hna. Elda, de nacionalidad italiana, manifestó que “después de todos estos años, puedo decir que Dios es amor”.

La religiosa, que pertenece a la Congregación Hijas de María Inmaculada, dijo estar agradecida porque Dios la tornó “su discípula y esposa”, y extendió su agradecimiento a los sacerdotes que la acompañaron, el párroco, P. Juan Luis Cortés, el P. Tullio Pastorelli y el P. Eduardo Ávalos, así como a Conferre y a toda la asamblea, entre la que se encontraba un gran número de religiosas de diversas congregaciones.

Durante la homilía, el P. Juan Luis hizo referencia al texto evangélico que narra la curación de un sordomudo. En su reflexión, el sacerdote destacó el testimonio de la religiosa, cuyo amor a Dios la ha llevado a servir en distintos lugares, y que en el sector de El Palomar la ha hecho muy querida por toda la comunidad, especialmente por los adultos mayores que ella acompaña. El sacerdote también invitó a la asamblea a no discriminar a las personas, sino a acogerlas con respeto, preocupándonos de los más pobres y necesitados. Agregó que cada cristiano debe orar por las vocaciones, para que de las propias familias surjan las religiosas y sacerdotes que la Iglesia necesita.

Después de la Eucaristía, la comunidad parroquial ofreció una kermese dieciochera, donde las personas pudieron disfrutar de un rico y tradicional almuerzo y una tarde de juegos para toda la familia.


Hna. Donata Cairo, 25 años de opción preferencial por los pobres.

Otro motivo de alegría fue el 25 aniversario de consagración religiosa de la Hermana Donata Cairo, de la Congregación Hermanitas de Jesús. La religiosa, también italiana, festejó con una misa en la capilla María Magdalena de Copiapó, la noche del sábado 5 de septiembre.

En la misa, presidida por el vicario del valle centro, P. Juan Barraza, acompañado del párroco del sector, P. Adam Bartyzol, la Hna. Donata renovó sus votos comprometiéndose a vivir el seguimiento de Cristo compartiendo la vida y las condiciones sociales de los pobres y excluidos. “Con Jesús, ofrezco mi vida en la inmolación por quien sufre hoy la exclusión social y económica en América Latina, -dijo la religiosa- y por mis hermanos musulmanes, que han sido testigos del nacimiento de la fraternidad de las Hermanitas de Jesús”.

La celebración se centró en el texto que describe el encuentro de Jesús con la samaritana y se llevó a cabo en torno a un pozo confeccionado por la comunidad. Durante la homilía, el P. Juan se mostró contento de estar “entre amigos”, y agradeció a toda la asamblea por acompañar a la Hna. Donata en su aniversario. El sacerdote dijo que en la actualidad “estamos rodeados de palabras, pero no escuchamos La Palabra”, e invitó a los presentes a dedicar tiempo a fortalecer la relación personal y comunitaria con Cristo. El P. Juan aludió al signo del pozo también como fuente de agua, recurso tan valioso como escaso en la región de Atacama, y que debe ser visto como un derecho de todas las personas, y que ha sido el eje de la lucha de las comunidades del valle del Huasco. Dijo también que este tiempo de Misión Continental es un momento propicio para salir al encuentro del otro, tal como Jesús con la mujer samaritana, a quien se acercó sin juzgarla, y agregó que esta es una tarea ineludible para los cristianos, más aún con los que están al margen de la sociedad individualista y egoísta en que vivimos. Señaló que este encuentro convirtió a la mujer en misionera del mensaje liberador de Jesús, tal como la Hna. Donata cuando optó por la vocación religiosa, que la ha llevado a trabajar incansablemente por la promoción de la dignidad de los más pobres, haciéndose una entre ellos.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 08-09-2009