Mons. Gaspar Quintana: Mesas para el reencuentro, para compartir pan, palabra, proyectos y bienes

Mons. Gaspar Quintana: Mesas para el reencuentro, para compartir pan, palabra, proyectos y bienes

Cuidar y amar la vida humana como nuestra mayor riqueza, y construir instancias de encuentro y diálogo, fueron algunas de las tareas propuestas por el Obispo de Copiapó en su homilía durante el Te Deum ecuménico celebrado este 18 de septiembre en la Catedral diocesana.

 
Viernes 18 de Septiembre de 2009
Ante la Intendenta regional y demás autoridades regionales, provinciales y comunales, además de representantes de la Iglesia evangélica, y de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden, parlamentarios y candidatos al parlamento, Monseñor Quintana invitó a la comunidad a agradecer a Dios las bendiciones que hemos recibido como nación. Sin embargo, también se refirió a temas pendientes que deben ser analizados y solucionados con el compromiso y aporte de todos y cada uno de los miembros de la sociedad.

Tareas para construir un mejor país

La erradicación de la violencia en sus distintos niveles, la construcción de viviendas con espacios que permitan una convivencia digna, el respeto a las leyes laborales, el mejoramiento de la salud, el “sueldo ético”, son algunos ámbitos mencionados por el Obispo como urgentes materias a superar de cara al Bicentenario. Se refirió también a superar el inmediatismo en las periódicas negociaciones entre los empresarios y trabajadores, actuando con visión de futuro y ética. Sobre el tema de la educación, el Pastor dijo que “por un lado debemos cuidar de la formación espiritual y valórica de cada persona…, y por otro buscar oportunidades de desarrollo humano, intelectual y técnico, con espíritu de servicio, para todos los hijos e hijas de esta tierra”.

En el campo de la política, el Obispo señaló que “nos hace mal tomar decisiones pensando sólo en el impacto mediático”, y que es tarea de todos, oposición y oficialismo, buscar el bien común, en especial de los más postergados.

Don Gaspar se refirió a la propuesta de la Iglesia sobre el indulto, con ocasión del Bicentenario, enfatizando que “la convicción profunda que la sustenta es la de que no podemos seguir construyendo nuestra historia sin ser capaces de conceder clemencia a la justicia, perdón a las ofensas e indulto y amnistía a quienes han reconocido sus delitos y cumplido ejemplarmente con sus penas”.

Sobre la campaña electoral, el Obispo recordó lo dicho por la Conferencia Episcopal, “la participación en una democracia se ha de practicar desde un ejercicio de amistad cívica responsable, buscando todos, el bien común de los ciudadanos”, pidiendo a los candidatos campañas realistas, respetuosas y responsables.

Damos gracias al Señor de la historia

Monseñor Quintana enumeró razones para agradecer a Dios, como la flora, fauna y los recursos naturales con los que ha dotado a toda Latinoamérica y a Chile, los que muchas veces han sido depredados irresponsablemente, de manera especial el agua. Mencionó también las razas y etnias que han dado identidad a nuestro país, además que los migrantes que han enriquecido con sus formas de vida nuestra cultura, lamentando que en más de alguna oportunidad no hayamos sido capaces de acoger con respeto a quienes llegan de otros países o a nuestros propios pueblos originarios.

Otro tema de alabanza es, a juicio del Pastor, un país más desarrollado, más estable económicamente y con mayores oportunidades de estudio y de trabajo. Sin embargo, agregó que “nos pesa aún una desigualdad indignante, con situaciones de pobreza y hasta de miseria, que pueden convertirse en un peligroso humus para acciones violentas”.

Monseñor Quintana invitó a agradecer “por los héroes conocidos de nuestra historia, a quienes tendremos en cuenta en este Bicentenario, y también por los héroes anónimos que, día a día han ido construyendo nuestro país en la vida familiar, en la educación, en el foro, en la empresa, en el campo, en las minas, en el mar, en las diversas artes”, y también por las autoridades y servidores públicos, a nivel nacional, regional y comunal, por su servicio y entrega.

Chile, una mesa para todos

Sabiendo que la mesa es el lugar más preciado de encuentro familiar, fraternal y de amistad, el Obispo agregó que para los cristianos es el lugar donde Jesucristo nos dejó la Eucaristía, su Cuerpo y Sangre entregado por nosotros. “Esta es la razón- señaló- por la que queremos invitar y ayudar a que en Chile se multipliquen las mesas para encontrarnos, para dialogar, para conversar como hermanos, para compartir el pan y la palabra, los proyectos y los bienes. Se trata de que esta experiencia sea mesa de oportunidades para todos: los estudiantes y educadores, los empresarios y trabajadores, los hombres y las mujeres, los jóvenes y ancianos, las familias y las poblaciones y barrios disfruten de la convivencia cotidiana en amor solidario, paz constructiva y diálogo que haga crecer en humanidad”.

Por último, don Gaspar invitó a acudir al Señor “para que a todos los chilenos y chilenas nos ayude a tener esperanza y deseos por vivir en un ambiente de verdad profunda y de amor coherente”, con el apoyo de María la Virgen del Carmen, y de santos compatriotas como Teresita de los Andes, Alberto Hurtado, Laurita Vicuña y el beato mapuche, Ceferino Namuncurá. “Con su inspiración y testimonio abrimos, desde la fuerza del Evangelio, este Bicentenario de la Independencia de nuestra Patria chilena”, concluyó.

- TExto completo de la homilía de Mons. Quintana

Fuente: Comunicaciones Copiapó

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Copiapó, 18-09-2009