Solemne Misa Crismal en la Catedral de Punta Arenas

Solemne Misa Crismal en la Catedral de Punta Arenas

Esta Eucaristía fue precedida por un encuentro en la casa de retiro Leñadura con el clero diocesano y religiosos de las congregaciones presentes en la diócesis.

 
Miércoles 28 de Marzo de 2018
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Una solemne misa crismal, presidida por el obispo de Punta Arenas monseñor Bernardo Bastres, se celebró este miércoles 28 de marzo en la catedral de Punta Arenas con la participación de todo el clero diocesano y religiosos de las congregaciones presentes en la diócesis. En ella los sacerdotes renovaron como es tradición sus promesas ante el obispo y se bendijeron los santos óleos y el crisma que se usarán para ungir a las personas que durante el año recibirán los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Unción de los enfermos en las parroquias y capillas de nuestra diócesis.

En la oportunidad se presentaron también a los 7 candidatos al diaconado permanente.

Acompañaron la celebración fieles de todas las parroquias y comunidades, colegios católicos, familiares de los sacerdotes.

"El Evangelio y la Eucaristía en el corazón de Magallanes"

El obispo en su homilía señalo: El Señor dispuso que algunos hombres continuaran su labor. Estos hombres no deberían ser meros propagandistas, maestros o representantes suyos. Cada uno sería elegido por Él personalmente para que continúen su misión. Son Cristo mismo en persona, porque el sacerdote, a través del sacramento del orden, queda transformado en “alter Christus” (otro Cristo), para toda la eternidad.

La misión del sacerdote es presentarse ante sus hermanos, como el mismo Cristo; por eso, dice Jesús: “a quienes a ustedes escucha a mí me escucha…” Por ello, cuando el Sacerdote celebra la Eucaristía dice: “Esto es mi cuerpo… esta es mi sangre”, el Sacramento de la Reconciliación: “Yo te absuelvo de tus pecados”. La misión, por tanto, del sacerdote ha de ser un reflejo fiel del mismo Jesús, como dirá el Apóstol: “Ya no soy yo el que vive, sino es Cristo quien vive en mí”.

Ser sacerdote, insisto, no es una profesión, es una opción por ir configurando la vida, la mente y el corazón a Cristo Sumo y Eterno sacerdote. San Pablo, ya citado, lo sintetiza magistralmente: “Es Cristo quien vive en mí”. Por ello, que, al celebrar la Eucaristía, la persona del sacerdote asume y hace suya las palabras y los gestos del maestro y luego en la vida de cada día va muriendo a sus gustos, a sus tiempos, a sus espacios, para darse por completo al servicio de sus hermanos, a imitación de Cristo Jesús.

El sacerdote es un hombre de gran corazón: hombre bondadoso, acogedor, con capacidad de escuchar pacientemente y sobre todo, siempre piensa bien del otro. Es un fiel que vive humilde y sencillo, reconociendo sus límites y pecados. Su fuerza, su fidelidad y su entrega es alimentada en la oración y se deja conducir por el Espíritu Santo. El sacerdote ama sin esperar recompensa; incluso. Sabe que ni su misma Iglesia le agradecerá todo el bien que ha realizado por ella. Los verdaderos ministros de Jesús viven, se entregan y mueren como su Señor.

La invitación que nos hace Jesucristo, esta noche es que vivamos nuestro sacerdocio plenamente, al igual que Pablo podemos llegar al final de nuestra vida diciendo: “He luchado el buen combate, he concluido mi carrera, he conservado la fe” (2 Tim 4, 7)

Este tiempo de Congreso Eucarístico y de nuestra preparación a los 500 años de la Primera Misa, nos debe ayudar a profundizar en este Sacramento y su proyección social. La presencia real de Cristo bajo los signos sacramentales, nos desafía a una gran responsabilidad, que es ir configurándonos cada día más a Jesucristo. Este desafío lo asumimos desde la fuerza que nos da el alimentarnos del mismo Señor, el cual aleja de nosotros todo miedo y temor.

La Eucaristía hace presente constantemente a Cristo resucitado, que se sigue entregando a nosotros, llamándonos a participar en la mesa de su cuerpo y de su sangre, para que nosotros compartamos con otros nuestro cuerpos y nuestros alimentos. Concluyó.

Fuente: Comunicaciones Punta Arenas
Punta Arenas, 28-03-2018