En medio del silencio y de la oscuridad iluminada sólo por la luz de los centenares de cirios al interior de la Catedral de Chillán, se recordó la acción del Señor por los hombres, donde el obispo Carlos Pellegrin, destacó que “esta noche es las más importante de todas las noches en la vida de la Iglesia. Es un día para alegrarnos con el Señor resucitado, para reconocer que la muerte está presente, pero que la vida tiene más fuerza; para reconocer que somos pecadores, pero que el gran amor de Dios nos liberó de ello a través de la muerte y resurrección de Jesús”, subrayó haciendo un llamado a “salir a buscar al Cristo resucitado”.

En el contexto de un año que contó con la reciente visita del Papa Francisco a Chile, y de un Congrego Eucarístico Nacional ya en un curso, el obispo agregó que “este 2018 nos deja el hermoso recuerdo de la visita de Francisco con un mensaje que todavía nos falta digerir para poder implementarlo en nuestros corazones, y ciertamente el Año Eucarístico, en que nos centraremos en torno a la eucaristía, a cultivar una vez más nuestra fraternidad, a renovar el espíritu celebrativo y alegre de nuestras eucaristías”, concluyó, deseándoles a las distintas comunidades de Ñuble una feliz Pascua de Resurrección.

Fue así como mientras muchos durante este fin de semana largo pudieron disfrutar de viajes o de encuentros familiares que permitieron renovar fuerzas con un merecido descanso; otros, optaron por responder a la invitación que hiciera el pastor diocesano al iniciarse el Triduo Pascual, período que considera al Jueves, Viernes y Sábado Santo como los tres días de preparación con miras a la celebración de la Fiesta de Pascua.

De esta manera fueron las propias comunidades las que hicieron eco y acudieron en gran número a las celebraciones de este fin de Semana Santo que se desarrollaron en las respectivas parroquias de la Diócesis San Bartolomé de Chillán. En el caso de la Catedral fue la Misa de la Cena del Señor que celebra la Institución de la Eucaristía la que durante la tarde del Jueves Santo, dio inicio al Triduo Pascual evocando la humildad que tuvo Jesús cuando lavó los pies de sus apóstoles en una actitud de servicio en la Última Cena. Tal signo fue representado de igual forma por el obispo, quien lavó y besó los pies de 12 fieles, destacando este año una vez más la presencia de inmigrantes que también personificaron a los apóstoles.

El Viernes Santo, luego del retiro que durante la mañana dirigió el obispo en la Catedral, estuvo marcado en la tarde por la Liturgia de la Veneración de la Santa Cruz, y posteriormente por el tradicional Vía Crucis o “El Camino de la Cruz” que reunió a un centenar de fieles que se sumaron al recorrido por la calles céntricas de Chillán durante la representación de las catorce estaciones de la Pasión de Cristo que este año protagonizaron los jóvenes del Santuario Sta. Teresa de los Andes.

Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 02-04-2018