Multitudinaria celebración eucarística en la localidad de Chollay

Huasco ora por la vida

Multitudinaria celebración eucarística en la localidad de Chollay

 
Martes 26 de Septiembre de 2006
El pasado sábado 23 de septiembre tuvo lugar en Chollay, en la provincia del Huasco, un evento muy especial. Más de 700 personas se reunieron en esta pequeña localidad al interior de Alto del Carmen, para celebrar una eucaristía, para orar por la vida en el valle, amenazada por el proyecto minero Pascua Lama, de la empresa Barrica Gold.

Doce buses y una treintena de autos particulares llegaron a esta misa, que se celebró al aire libre, afuera de la pequeña capilla de Chollay, dedicada a Nuestra Señora de Andacollo, bajo la acogedora sombra de un pimiento, con un entarimado especial para la ocasión, preparado como altar. En él, los sacerdotes del valle, encabezados por el vicario, Padre Juan Barraza, celebraron la misa, que estuvo llena de distintos signos que hablaban de la opción por la vida y el cuidado del medio ambiente.

Estaban junto al Padre Juan Barraza, sacerdotes de todas las parroquias de la provincia, los sacerdotes Aquiles Altamirano, Patricio Egan, Guido Castagna, Mario Campillay, Franklin González, Mauricio Arancibia, desde Caldera el Padre Eduardo Chepillo, y la pastora de la Iglesia Presbiteriana de la zona, junto a las religiosas del valle y las distintas comunidades.

En el momento del ofertorio, la comunidad ofreció un trozo de glaciar acompañado de un joven interpretando música indígena, como signo de conservación del agua y el respeto por la cultura.

Iluminando la realidad, desde el Evangelio

Durante su homilía, y después de haber proclamado el evangelio de las bienaventuranzas, el Padre Juan Barraza agradeció al pueblo de Dios que se reunió para esta celebración, a pesar del calor y la distancia. Habló del agua como un bien precioso para la vida del Huasco, e invitó a seguir dando la batalla por la supervivencia del valle, iluminados por el evangelio de Cristo. “En este momento, -señaló- en que nuestra provincia del Huasco vive el temor, la confusión, la inseguridad y la incertidumbre ante los mega proyectos mineros que contaminan lo más preciado de la vida: el agua, o la hacen desaparecer, como en Copiapó, ¿cuánta falta nos hace una palabra de serenidad, de alcance infinito, del Evangelio?”. Citando el documento de Puebla, el Padre Juan subrayó la opción de la Iglesia latinoamericana por los pobres, que sin embargo “tenemos la capacidad de transformar nuestras propias sociedades, y de recibir los dones del evangelio”, señaló. Hizo también un recuerdo de Monseñor Fernando Ariztía, quien recalcaba el valor de cada persona, más grande que todo el oro, la plata y los distintos minerales escondidos en las montañas de la región.

El agua es un derecho, no una mercancía

También dio lectura a una carta de Monseñor Gaspar Quintana, nuestro Obispo, quien se excusó por no haber asistido. En su Mensaje, el Obispo reiteró su apoyo a la comunidad que quiere proteger el medio ambiente del hermoso valle del Huasco, y citando al Papa Benedicto XVI, motivó a la salvación de la naturaleza, y subrayó la prioridad de cuidar la creación como parte del derecho a una vida digna que tienen los seres humanos. Reiteró el llamado a las autoridades a la promoción del cuidado y manejo de la naturaleza y sus recursos básicos. Concretamente pensando en el valle, señaló que el agua no es una simple mercancía, sino un derecho humano de valor intrasable.

La misa terminó con un envío muy especial. Evocando los pasajes de la Biblia que transcurren junto al río Jordán, la asamblea se dirigió a orillas del río, donde un representante de cada parroquia llenó un frasquito con agua como signo de compromiso por su cuidado y conservación.

También se encontraba un equipo de filmación canadiense, preparando una producción llamada “Ganar plata y chao”. El director es Martin Frigo, quien ya había realizado una película sobre los daños de las mineras en su natal Québec, en Canadá, y que actualmente se encuentra recopilando información sobre los efectos de la gran minería en la provicia.

Así, esta celebración eucarística fue una forma de manifestar firmemente que las comunidades del Valle del Huasco no están dispuestas a permitir la destrucción del medio ambiente ni mucho menos la contaminación del agua.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 26-09-2006