Capilla Nuestra Señora de Guadalupe celebró a la "Morenita del Tepeyac"

Capilla Nuestra Señora de Guadalupe celebró a la "Morenita del Tepeyac"

“¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”, con estas palabras que la Virgen María; en la advocación de Guadalupe dijo al indio Juan Diego, se destacó la portada de los cantos con que la comunidad de la Capilla dedicada a la "Guadalupana", celebró con solemnidad y sencillez la eucaristía en el día de su Santa Patrona.

 
Jueves 13 de Diciembre de 2018
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A las 20.00 horas de este miércoles 12 de diciembre, se inició la misa con que los devotos festejaron a la Madre del Señor con oraciones y bellos cantos que amenizaron la celebración eucarística, presidida por el obispo Jorge Concha Cayuqueo y concelebrada por el párroco Juan Aros y el padre Walther González.

En la oportunidad, en que además acompañaron tres diáconos permanentes, el Administrador Apostólico de nuestra diócesis destacó que “María asumió caracteres de un pueblo mestizo y se presenta como una mujer mestiza en la más alta dignidad. Se le aparece al indiecito Juan Diego, no fue a un letrado ni a un personaje insigne de la sociedad mexicana que lo había, sino a un hombre humilde, y entonces se le hace asequible, se encarna y baja el mensaje de Jesucristo”.

Este hecho, aseguró el obispo, tiene una gran significación para México, y hoy para toda Latinoamérica, “porque trajo una renovación muy fuerte, muy potente, un sentido, un significado muy profundo. El pueblo mexicano sintió, experimentó y así lo asumió, que la Virgen María era de ellos, y podemos relacionar este acontecimiento con el Nacimiento de Jesús, que se hizo un hombre, una persona, que se hizo historia y también utilizó el ropaje de la cultura de su tiempo, se encarnó, y María también lo hizo”.

La Aparición de la Virgen de Guadalupe a un hombre originario, uno de los resultados potentes que trajo en la vida de la Iglesia y que complicaba al obispo de México Juan Sumárraga, en aquel tiempo “porque por un lado veía la potencia con que llegó el imperio español, con la fuerza de las armas y los caballos, y por otro lado una multitud del pueblo indígena, entonces a su manera, se dio cuenta que ellos también esperaban el mensaje del Salvador, y cómo unir, cómo pasar el mensaje del evangelio sin causar tanto daño, o en forma pacífica”, agregó el obispo Concha Cayuqueo en su homilía.

También aseguró que “después del acontecimiento Guadalupano, en la iglesia hubo un llamado muy fuerte a la fraternidad, a la justicia y a la paz. Hay que situarse en el año 1530 mas o menos, los indígenas no eran considerados aún capaces de entender, de recibir el mensaje de Jesucristo, había también muchísimas injusticias y la paz era escasa”.

Así en este contexto social entonces, señaló el Administrador Apostólico de Osorno, “con este llamado a la fraternidad, una consideración como no se había dado antes: todos eran seres humanos y destinatarios del mensaje del Señor, y con la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego y todo lo que ello significaba, la iglesia siente la fuerza para decir: estos son hermanos, y el mensaje de Jesús también es para ellos, porque la Virgen se hizo una mestiza”.

Sin duda que esta aparición de la Madre de Cristo, en medio de la convulsión social que había en la sociedad mexicana, y el llamado de la Iglesia, “llevó a la búsqueda de superar tantas formas de injusticia que también había en aquel tiempo, para ser más justos con todos, y por supuesto también la convicción de que los medios que tenían que utilizarse para la evangelización, necesariamente debían de ser las formas pacíficas, el valor de la paz”, aseguró.

Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 13-12-2018