Diócesis de Osorno despidió con una Eucaristía al Hermano Humberto Ploumen

Diócesis de Osorno despidió con una Eucaristía al Hermano Humberto Ploumen

Entre lágrimas y aplausos, fue despedido el hermano Humberto Ploumen, religioso de la Congregación Hermanos Penitentes de San Francisco de Asís, quien falleció el pasado martes 5 de marzo debido a un edema cerebral.

 
Viernes 08 de Marzo de 2019
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Con la Catedral San Mateo Apóstol llena de amigos, colaboradores, estudiantes, religiosas, diáconos y sacerdotes, el obispo Jorge Concha Cayuqueo resaltó la figura del religioso de 74 años de edad, nacido el 13 de agosto de 1944 en Simpelved, en el sur de Holanda, quien estuvo al servicio evangélico en el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria en Misión Rahue, los último 27 años de su vida.

En la oportunidad además estuvieron presentes algunas personas de Quilacahuín “donde el hermano Humberto también compartió su vida y sembró su semilla”, y toda la comunidad “de hermanos y hermanas que ha sabido reconocer de distintas formas el servicio y la vida entregada de nuestro hermano Humberto José María Ploumen”, agregó el Administrador Apostólico de la Diócesis de Osorno.

Entre 1970 y 1972, misionó en la provincia de Formosa en Argentina, junto a los padres Oblatos de María, en una población indígena. “Regresó a su país, e ingresó a los Hermanos Penitentes de San Francisco de Asís. Hizo sus primeros votos el 8 de diciembre de 1980”, relató el Obispo.

“Sé donó en servicio generoso en nuestra Patria por 36 años. El 8 de octubre de 1983, llegó a Quilacahuín. En febrero de 1992 se trasladó a Misión Rahue. Allí se dedicó a cultivar huertos y frutales, cuya producción era destinada a la alimentación de los alumnos internos y externos de la escuela Misional”, aseguró el Obispo Concha Cayuqueo.

También dijo que la muerte del religioso le “recuerda la partida de la hermana Verónica, de la Congregación de la Santa Cruz, quien falleció el pasado 16 de febrero. Este hermano, fue un misionero que vino de tierras muy lejanas como lo es Holanda y entregó su vida, literalmente, al servicio de la Iglesia local. Los dos quisieron servir a todos sin distinción de religión, ni de raza, ni de condición social”.
“Lo distinguió su amor por la misión al servicio de todos, especialmente a los más necesitados, a los más frágiles, pero a quienes trató y quiso tratar como hermanos. Eran sus preferidos porque así lo leyó, lo meditó y lo hizo oración en el evangelio del Señor Jesús, y seguramente porque así también lo interiorizó aún más en la escuela de su congregación, de inspiración franciscana”, señaló.

Finalmente, dijo que otra pasión para él fue “el cultivo de la tierra, el cariño por la creación. El parque que hoy existe en el Santuario está porque él se preocupó de que hubiera árboles que hicieran sombra a los peregrinos, que hubiera prados para que la gente pudiera reposar y orar en torno a la Candelaria. Trató siempre con delicadeza a la creación y como hermanos a los hijos e hijas de Dios”.

Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 08-03-2019