“La Cuaresma camino a la Pascua”

“La Cuaresma camino a la Pascua”

En su artículo mensual publicado en diario El Día, Arzobispo de La Serena reflexionó sobre el especial tiempo de esperanza y conversión que iniciamos con el Miércoles de Ceniza.

 
Lunes 11 de Marzo de 2019
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EN CAMINO A LA PASCUA


Por René Rebolledo Salinas, Arzobispo de La Serena

El 6 de marzo, Miércoles de Ceniza, iniciamos el Tiempo de Cuaresma, que se prolonga hasta el 18 de abril, Jueves Santo, finalizando antes de la Misa de la Cena del Señor. El hecho que comencemos estos días de preparación para la Pascua en marzo, nos facilita el que podamos vivirlos con mayor intensidad, pues en este mes todo recomienza.

La Pascua es la fiesta por excelencia del mundo cristiano, corazón del año litúrgico, en que celebramos la resurrección de nuestro Señor, misterio central de nuestra fe. Se celebra durante 50 días, desde el Domingo de Pascua hasta Pentecostés.

La Cuaresma es el camino a la Pascua, en el sentido que nos prepara a vivir el misterio más grande en la vida de nuestro Señor y, por tanto, también en los bautizados y confirmados, discípulos misioneros del Resucitado. Las semanas que comprende el tiempo de Cuaresma, deben ser días de esperanza y conversión. Días de alegría, puesto que nos conducirán al gozo sublime de la resurrección y de conversión, dado que es el Señor mismo quien nos convoca a acompañarlo, manifestándole arrepentimiento sincero por nuestros pecados.

En tiempo de Cuaresma la comunidad cristiana acompaña a su Señor por el camino que lo conduce hasta la cruz. Jesús acepta voluntariamente los padecimientos, también su muerte ignominiosa, ofrecida por la salvación de los hombres de cada época, raza y lugar.

Este tiempo privilegiado, que es para nosotros una preciosa oportunidad, evoca los 40 días de ayuno de nuestro Señor en el desierto, como también otros acontecimientos bíblicos, particularmente los 40 años que el pueblo escogido, Israel, peregrinó para alcanzar la tierra prometida.

Entre los aspectos que favorecen la renovación interior a la cual tiende el tiempo cuaresmal destaca el espíritu de oración, la práctica del ayuno y la limosna. La oración se concreta en el acompañamiento fiel a Jesús. Estamos llamados a intensificar la oración como respuesta al gran amor que nos manifiesta Cristo al entregar su vida por nosotros en la cruz. Es deseable también una escucha más frecuente y atenta de la Palabra del Señor, personalmente y en comunidad, participación fervorosa en la santa Misa y otros actos de piedad. Destaca la práctica del Vía Crucis que se celebra los viernes en nuestras comunidades.

El ayuno, privación que debe ser alegre y siguiendo la enseñanza bíblica, con espíritu contrito y sincero arrepentimiento: el sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado, un corazón arrepentido y humillado, oh Dios, no lo desprecias (Sal 51 (50), 19).

La limosna también se debe realizar siguiendo la enseñanza bíblica, hay mayor felicidad en dar que en recibir (cfr. Hch 20, 35), vale decir, en un espíritu que trascienda el don material.

Es bien conocida la Campaña Cuaresma de Fraternidad, un modo de concretar el espíritu solidario propio de la Cuaresma. Se trata de compartir fraternalmente con quienes precisan de nuestra ayuda.

La Conferencia Episcopal de Chile ha establecido que los destinatarios de la Campaña Cuaresma de Fraternidad 2019 – 2021 sean los hermanos inmigrantes. Los tendremos presente en la oración, en nuestras opciones y prioridades, como también en el aporte que esperamos sea generoso por parte de todos.

Se ha escogido como lema “Tu aporte y el nuestro, esperanza de todos”. Confío y espero en que todos colaboremos generosamente. Tengamos presente que hermanas y hermanos nuestros han sido acogidos con los brazos abiertos en otros países, cuando tuvieron que abandonar la patria querida por diversos problemas y motivaciones. Sin duda, importa el aporte de cada uno, sumado al de otros podremos dar esperanza a muchos.

Fuente: Comunicaciones La Serena
La Serena, 11-03-2019