Con profunda devoción, respeto por las tradiciones ancestrales y especial recogimiento, se vivió la mañana de este sábado la llamada celebración Eucarística del Mundo Andino. Como en años anteriores, reunió a representantes de las diversas comunidades pastorales y parroquiales mayoritariamente de los pueblos del interior de la diócesis de Iquique.

La celebración partió desde la Cruz del Calvario, donde se realizó la entrada al pueblo junto a la Santa Cruz Andina (Cruz de Mayo revestida), protectora de nuestros pueblos; confeccionada con flores rojas y ribetes blancos. Esta, fue dando paso a quien presidía esta celebración, el Padre Franklyn Luza acompañado del rector del Santuario Padre Carlos Inarejo y otros sacerdotes co-celebrantes.

Iniciando la eucaristía propiamente tal en donde el sonido de instrumentos andinos y en ocasiones sumados los bronces, acompañaban y daban el marco musical de alabanza muy similar a las celebraciones patronales tan propias de nuestros pueblos del interior.

Trascurrida la misa, se vivió un momento de perdón en profundo silencio y de rodillas bajo la Cruz Andina, que antecedió al canto del Gloria en lengua Aymara, para dar paso luego a la Liturgia de la Palabra, en donde el Señor Jesús en el Evangelio de San Mateo nos invita a Ser como niños (a hacernos pequeños). Precisamente este fue uno de los puntos destacados en la homilía del Padre Franklyn, quien primero resaltó la bienvenida a "La Casa Grande de María", en donde ella alberga a todos y cada uno de sus hijos, sin distinción, para luego destacar en esta oportunidad la presencia de feligreses del pueblo Mapuche, por tanto, la celebración de ahora en adelante pasaba de ser "Del Mundo Andino" a celebración "De los Pueblos Originarios". Luego agradeció a la comunidad de Macaya, quien tenía en esta oportunidad la responsabilidad de la celebración, remontándose a sus años de servicio junto a ellos y recordando como en estas comunidades se fusionan costumbres y tradiciones ancestrales con la rigurosidad de la celebración católica.

Profundizando en su homilía, el sacerdote señaló que la palabra del Señor y su invitación a "Hacernos como niños" llega justamente en momentos difíciles para nuestros pueblos, cuando el mundo quiere igualarnos y hacernos ahogar en una sola cultura. “Hacernos como niños significa no dejarnos confundir, aprender a nacer de nuevo dejando nuestras "cáscaras" de lado para con fuerza y Fe, volver a ser nosotros mismos; defendiendo la cultura, costumbres y tradiciones. Si en algunos sitios se ha perdido, debemos recuperar nuestra identidad, no nos olvidemos nunca de nuestros orígenes y sepamos defender lo nuestro... la tierra y el agua principalmente”. Concluyó el sacerdote invocando la protección de la Santísima Virgen y de su hijo Jesús sobre estas tierras y su gente.

Momento especial fue el de las ofrendas en donde se realizó también una “Pargua”; hombre y mujer representantes originarios, esparcieron sobre un Aguayo extendido, hojas de coca y licor para luego incensarlos como acción de gracia a la Pacha Mama, ello junto a la presentación de ofrendas fue una "síntesis de unión entre la tradición de nuestros pueblos y la cultura cristiana".

Previo al envío, tal como ocurre en celebraciones patronales, se hizo entrega a la Comunidad de la Pastoral Andina-Mapuche de Alto Hospicio, de un particular crucifijo, signo con el cual se le asigna la responsabilidad de la próxima celebración año 2020.

La bendición final dio paso a un momento de profunda emoción por lo vivido, mezclándose canto y sollozos agradecidos a Jesús y María, nuestra querida Chinita.

Fuente: Comunicaciones Iquique
Iquique, 13-07-2019