Con una Misa presidida por el Obispo de la Diócesis de Calama, Óscar Blanco Martínez y concelebrada por el Administrador Parroquial, Padre Rubén Valderrama, la comunidad Asunción de la Virgen se celebró la fiesta parroquial y el día dedicado a recordar el dogma que recuerda que la Santísima Virgen fue Asunta al cielo, es decir, que fue llevada en cuerpo y alma al cielo por el poder de Dios.

En la misma celebración y como ya es tradicional, las comunidades religiosas que desarrollan su misión en la Iglesia de Calama fueron invitadas para resaltar su vocación y servicio en el Día dedicado a la vida consagrada.

El Obispo Óscar Blanco en su homilía destacó como desde tempranas horas la ciudad pudo constatar la fiesta en homenaje a nuestra Madre con los bailes y devotos de la Virgen de Urkupiña, donde se nos invita a contemplarla como la Reina que vestida de sol ilumina nuestra vida y con la luna bajo sus pies.

El Pastor se refirió a este caminar vocacional de la Santísima Virgen para ser llevada al cielo por Dios, un caminar de fe y confianza que no estuvo exento de dificultades y dolor. “Este es el camino que hace María y es el camino al que está llamado a hacer su pueblo, todos nosotros que de una u otra forma hemos sido visitados por Dios y nos ha hecho la propuesta para ser parte de su pueblo cada según su propia vocación”.

Monseñor Blanco manifestó que en esta fiesta renovamos nuestro compromiso de pueblo de Dios y que, tomados de la mano de nuestra Madre, queremos seguir peregrinando hacia la casa que está en el cielo.

Enseguida y como fruto de este caminar al que estamos invitados por Dios, el Obispo resaltó la presencia de religiosas que cumplen un proyecto y misión en esta tierra, respondiendo con un sí al Señor para trabajar por su reino según sus carismas. A pesar de las dificultades y dolor que hoy enfrentamos como Iglesia, son muchos más los que hacen el bien, resaltó.

Fuente: Comunicaciones Calama
Calama, 16-08-2019