¡Bienvenidas! Hermanas Apóstoles Trinitarias de María

Una nueva comunidad religiosa en la Diócesis de Villarrica

¡Bienvenidas! Hermanas Apóstoles Trinitarias de María

En medio de un ambiente emotivo y alegre, este jueves 3 de septiembre se celebró la Santa Misa de bienvenida a las Hermanas Apóstoles Trinitarias de María, en templo histórico de San Francisco de Lican Ray.

 
Jueves 03 de Septiembre de 2020
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La celebración fue presidida por el Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, acompañado del P. Cristián de María Rivera Suazo, administrador parroquial; P. Jorge Ruiz; el diácono permanente Don Pedro Marmolejo y el diácono en tránsito Hno. Reginaldo dos Santos.

Hasta el templo llegaron representantes de la comunidad parroquial de San Francisco de Lican Ray, a participar de la Eucaristía bajo las medidas de prevención sanitarias.

En su homilía, Mons. Stegmeier explicó a los presentes la forma en que las hermanas llegaron de Santiago a Villarrica, “con un pasaje de llegada, pero no de retorno”. En un par de semanas, luego de entrevistarse con el obispo y conocer la realidad de la Diócesis, las hermanas discernieron en oración que la voluntad de Dios era que se quedaran en este lugar, específicamente en Lican Ray.

Previamente, el obispo introdujo su relato con una invitación a rezar por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, “porque ese es el mandato que nos ha dejado: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rueguen, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. (Lc 10, 2)»”.

Mons. Stegmeier explicó que el Señor no dice “cosecha”, sino “miés”. Esto, porque hay una diferencia entre ambos términos, siendo la mies el trigo que ya está a punto de caer, de tal manera que si no se cosecha caerá y perderá.

“Por lo tanto – continuó el obispo –, el Señor nos dice que si el don no es acogido ahora, entonces se perderá. Y eso es lo que está pasando en el mundo. Hay tanta gente que si hoy no escucha el Evangelio y recibe la gracia del Señor, se va a perder. Esa urgencia es la que motiva a Jesucristo a decir: “Rueguen al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies”.

“Por eso hoy nos alegramos mucho que esta oración por las vocaciones tengan su efectos en las hermanas”, expresó Mons. Stegmeier, dirigiéndose a las tres hermanas que llegaron “caídas del cielo” a fundar en Lican Ray: Hna. Marta Sofía Cunto Pluas (ecuatoriana), Hna. Vanessa Cárdenas (chilena, de Chiloé) y Hna. Silvana Hernriquez (chilena, de Temuco).

“Bendito sea el Señor por esta misericordia que ha tenido con nosotros”, expresó Mons. Stegmeier, destacando cómo “con la presencia de religiosas una comunidad de alguna manera revive, puesto que ellas son testimonio de la verdad del Señor Resucitado y también de nuestra vocación a la vida eterna”.

Finalmente, Mons. Stegmeier destacó la actitud de pobreza interior y material de las hermanas, quienes viven de la Providencia. Alentó y agradeció a la comunidad de Lican Ray el estar al tanto de sus necesidades para salir al encuentro de lo que requieran.

Al terminar la Eucaristía, la Hna. Marta agradeció a Dios que “por medio de Mons. Stegmeier ha abierto las puertas en Lican Ray”, así como a la comunidad por su acogida. “Yo vine a cumplir una misión y Dios en la oración me ha mostrado el camino, la casa, el lugar”.

La Hna. Marta aprovechó de informarle a los emocionados fieles que en adelante el histórico templo de San Francisco volverá a abrir sus puertas tras años de haber estado cerrado por falta de personas que lo cuidaran. Ahora, con la presencia de las hermanas, los jueves a las 17:00 habrá exposición del Santísimo Sacramento y Santa Misa.

Sobre la congregación: “Solo a Dios Honor y Gloria!” (lema)
Las Hermanas Apóstoles Trinitarias de María son una congregación fundada por la Madre Myriam Patiño Aguirre e Isabel Cárdenas Ortiz en 1998 en la Arquidiócesis de Bogotá, Colombia. En 2003, las religiosas pasaron a depender de la Diócesis de Soacha.

Las hermanas participan de la vivencia comunitaria en el amor, emanada de la Santísima Trinidad en comunión constante con la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia; y buscan hacer realidad la vida de los primeros seguidores de Jesús: “Tenían un solo corazón y una sola alma y no había entre ellos necesitados porque entre todos se ayudaban” (Hch. 2,42). Buscan hacer siempre la voluntad del Padre en la Iglesia, prolongando en palabras y obras la acción redentora del Hijo y estando abiertas y atentas a las mociones del Espíritu Santo.

Ellas ejercen su misión apostólica en la predilección por los pobres: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt. 25,40). Acompañan casas, hogares para niños y ancianos, necesitados, guarderías para niños de familias de escasos recursos, imparten catequesis, visitan a los enfermos, organizan retiros espirituales y ofrecen cursos en talleres para la profesionalización de mujeres humildes, que en muchos casos son las que sacan adelante a sus familias.

La comunidad está presente en Colombia, Perú y ahora en Chile, en la Diócesis de Villarrica, Parroquia San Francisco de Lican Ray.

Fuente: Comunicaciones Villarrica
Villarrica, 03-09-2020