Arzobispo de Puerto Montt realizó ferviente llamado a la unidad y a enfrentar el nuevo escenario humano y social pensando en el bien común y el destino de la Patria

Arzobispo de Puerto Montt realizó ferviente llamado a la unidad y a enfrentar el nuevo escenario humano y social pensando en el bien común y el destino de la Patria

Este 18 de septiembre Monseñor Fernando Ramos Pérez, Arzobispo de Puerto Montt, junto al P. Daniel Acuña Burgos, Vicario General de la Arquidiócesis, presidió el Te Deum 2020, realizado la Iglesia Catedral de Puerto Montt, el que fue transmitido en vivo y en directo a través de redes sociales.

 
Viernes 18 de Septiembre de 2020
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En su homilía, Monseñor Fernando Ramos, explicó el por qué y el sentido de este Tedeum en medio de una pandemia que ha causado graves daños al ser humano y en un momento en que Chile se preparaba a afrontar relevantes cambios, especialmente después del proceso de estallido social del año pasado.

Destacó que todos de alguna u otra forma hemos sufrido los efectos de esta pandemia. “Muchos han perdido su trabajo o sus ingresos han disminuido, creando así un fuerte impacto económico y social que vemos a diario en las calles de nuestras ciudades”. Asimismo reconoce los esfuerzos para mantener en algún grado, la normalidad de las actividades cotidianas.

Monseñor Ramos hizo un llamado “elevar una acción de gracias a nuestro Creador y para implorar su asistencia siempre eficaz para que oriente nuestras acciones y compromisos que nos permitan superar los grandes desafíos del presente. No se trata solamente de mirar el pasado y dar gracias a Dios por tener una nación y una tierra en donde hemos nacido y desarrollamos nuestra vida, sino más bien de agradecer que lo que valoramos del pasado nos permite mirar hacia el futuro con esperanza. Lo que podemos llegar a ser, se basa ciertamente en lo que hemos sido y vivido desde nuestra identidad tejida en el pasado”.

El covid-19 ha recordado la fragilidad de la condición humana
El Arzobispo de Puerto Montt enfatizó el enfrentar el nuevo escenario que se presenta “Renovados en nuestra esperanza ante un panorama tan complejo para nuestro país, la Palabra de Dios proclamada en esta celebración nos abre un horizonte de esperanza. El profeta Isaías nos invita a reconocer la acción del Espíritu de Dios como acción renovadora y fecunda, al decir que: “Será infundido en nosotros un espíritu desde lo alto. Entonces el desierto será un vergel y el vergel parecerá un bosque”. Dios no se desentiende de la situación de los seres humanos, sino más bien envía su Espíritu para renovar todas las cosas en aquellos que lo reciben. Su acción es tan eficaz que el desierto se transforma en un vergel y lo que parece carente de vida se transforma en una fuente de vitalidad. Aún las condiciones más difíciles y extremas de nuestra existencia, se pueden transformar en un camino de renovación y esperanza”.

De la misma forma, afirmó que el camino a seguir es asumiendo el compromiso en medio de la pandemia, ya que, “los importantes acontecimientos que nuestra sociedad está viviendo, producto de la amenaza del covid-19, nos han recordado la fragilidad de la condición humana. La omnipotencia del individuo capaz de saber y acumular conocimiento, comprar y acumular bienes, viajar y acumular millas, gozar y acumular experiencias… todo ello se ha estrellado contra el espejo que nos muestra seres humanos imperfectos, necesitados de los demás y corresponsables en el cuidado de todo lo común. Necesitamos re-humanizar lo cosificado, porque los tiempos que vienen requieren de lo mejor de nosotros. Para salir adelante de esta grave pandemia, se requiere, por una parte, la responsabilidad de cada uno de nosotros. Nuestra capacidad de decidir y actuar con libertad y autonomía se pone en juego en momentos de crisis, pues no podemos esperar que se nos diga y fiscalice permanentemente si estamos o no cumpliendo con las disposiciones que ayudan a frenar los contagios. De nosotros depende el que nuestra forma de actuar sea conforme al bien común, de manera que todos contribuyamos eficazmente al cuidado entre todos”.

Los desafíos de nuestra convivencia nacional y el rol de la Iglesia
Monseñor Ramos hizo hincapié en un hecho de vital relevancia que nuestro país deberá enfrentar en octubre próximo y que determinará el nuevo rumbo que queremos para nuestro país. “No sólo estamos actualmente desafiados por la pandemia, sino también por nuestra responsabilidad de ciudadanos en un país democrático y soberano. No debemos esperar que otros decidan por nosotros en las cosas que afectan a todos. Participar en las instancias de la sociedad civil, entre ellas los actos electorales propios de la democracia, es una forma de hacer presente los valores del Evangelio. Sabemos que la política es una de las formas más altas de la caridad, porque ella busca el bien común y la justicia social. Que Chile progrese en igualdad de oportunidades y con un trato más digno para las personas y grupos más vulnerables, no se logra por la vía de la violencia ni por la imposición arbitraria de un sector sobre otro. Por eso, es importante asumir con responsabilidad la pregunta que hemos de responder el próximo 25 de octubre en el plebiscito constitucional. Invitamos a la ciudadanía a informarse y conocer las legítimas opciones que se presentan, para que cada persona, libremente, en conciencia, pueda formarse una convicción y concurrir con su voto. Desde la Iglesia estamos promoviendo una participación activa en el plebiscito, invitando a nuestros compatriotas a votar, con los debidos resguardos sanitarios, para que nadie se prive de este importante momento de discernimiento nacional”.

“Ante el enfrentamiento, el camino del entendimiento”
Para lograr esto, manifiesta que se debe transitar en un ambiente adecuado, sin llegar a la descalificación ni al enfrentamiento, haciendo un llamado a la hermandad y a la amistad cívica, “Ante el enfrentamiento, el camino del entendimiento”, “no quisiéramos que las diferencias políticas que reinan en nuestro país den paso a un clima de polarización y descalificación que lo único que trae es aumentar la confrontación entre connacionales. El tiempo presente nos exige un compromiso ético que sepa integrar las diferencias legítimas que puedan presentarse entre nosotros. Por eso, es necesario cultivar el entendimiento que solo se consigue a través del diálogo, la participación y la búsqueda del bien común. Con tristeza constatamos como la descalificación, las funas, el amedrentamiento y la violencia han ido ganando terreno en nuestro país. La intolerancia y la falta de consideración y respeto de la dignidad de la persona, y de toda persona humana, es el camino que favorece expresiones de confrontación y odio que conducen a la fragmentación y disolución de la sociedad. Por el contrario, una opción por el entendimiento, por la aceptación de los demás y por el compromiso para superar las diferencias sociales, los abusos y aprovechamientos, que tanto hieren la cohesión social, son la vía para que todos los habitantes de estas tierras nos sintamos en nuestra casa, sabiendo que los demás no son mis adversarios o una amenaza sino habitantes del mismo país, y que todos juntos formamos al pueblo de Chile. En momentos de dificultad, la amistad cívica se hace indispensable ante la proximidad de procesos electorales”.

Finalmente, el Arzobispo de Puerto Montt hizo un ferviente llamado a mantenernos unidos en el Señor y al cuidado de la maternal protección de la Virgen María, Reina y Madre de nuestra patria.

“Al reunirnos, aunque sea a través de estos medios de comunicación remota, para celebrar un nuevo aniversario de la independencia de nuestra patria y agradecer a Dios por el don que hemos recibido por el hecho de ser chilenos y de vivir en estas tierras, también vemos que los desafíos y dificultades que debemos enfrentar son una gran oportunidad de poder vivir las bienaventuranzas en nuestro país y en nuestra región. En estas fechas, los chilenos ponemos nuestra mirada en nuestras tradiciones que nos identifican y en la Virgen María, Reina y Madre de nuestra patria, porque sabemos que su manto maternal y protector expresa una especial cercanía de la Madre del Salvador. Confiemos a ella nuestro país, sabiendo que una madre acompaña siempre a sus hijos. Que el Señor bendiga a nuestra patria, finalizó.

Fuente: Comunicaciones Puerto Montt
Puerto Montt, 18-09-2020
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