En el verano de 2017 vimos con estupor como un pueblo, bosques y las ilusiones de muchos desaparecían tras las llamas que lo envolvían todo. 979 familias quedaron sin hogar y lamentamos ocho víctimas fatales. Fueron días en que el país se volcó en su ayuda con una meta clara, apagar los incendios.

Más tarde vendría la reconstrucción. Con ayudas de muchos sectores, los habitantes de Santa Olga han podido, poco a poco, volver a sus tierras. Nuevas casas, escuela, posta, bomberos, biblioteca y comercio los acogen. Más de 5 mil personas viven en el pueblo pero faltaba la iglesia.

La antigua capilla, que había sido construida con mucho esfuerzo por la misma comunidad necesitaba ser reemplazada. Es por eso que Ayuda a la Iglesia que Sufre ( ACN Chile) comenzó con la tarea de recolectar fondos para cumplir el sueño de esta comunidad. Hoy ese sueño ya está en marcha y muy pronto tendrán un nuevo lugar desde donde vivir la fe y comenzar una nueva historia. Nuevamente los nacimientos, matrimonios y defunciones podrán hacerse desde la nueva capilla que acogerá las alegrías y dolores de los fieles.

Ayuda a la Iglesia que Sufre es una Fundación Pontificia con sede en Alemania y que cuenta con oficinas en 23 países entre ellos Chile, su misión es ayudar a los cristianos perseguidos y necesitados en el mundo.

Es así que en 2019 se apoyó 5.230 proyectos en 139 países. En Chile, apoya a las comunidades más vulnerables a través de la campaña “Capillas para Chile” gracias a la cual, y mediante fondos recolectados en el país, se han construido más de 40 capillas en lugares necesitados y 45 Capillas de Emergencia en las zonas devastadas por el terremoto y tsunami del 27/F.

Para mayor información sobre las actividades de ACN en Chile y el mundo puede ver su página web, www.acn-chile.org

Fuente: ACN Chile
Linares, 04-11-2020