No hay alegría más grande que dar la vida y jugársela por el Señor

No hay alegría más grande que dar la vida y jugársela por el Señor

El Obispo Auxiliar de Santiago, Cristián Roncagliolo, hizo esta afirmación durante la misa con que culminaron las 24 horas de Adoración al Santísimo y oración por las vocaciones, en más de 72 puntos de la arquidiócesis y en otros lugares, en el día de Jesús, Buen Pastor.

 
Lunes 26 de Abril de 2021
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Este domingo, dijo el padre Cristián, “nos invita a redescubrir, con un estupor siempre nuevo, la imagen del pastor y del rebaño que nos regala la Escritura, permitiéndonos dimensionar de modo siempre nuevo al Señor y su Iglesia peregrina”. Agregó que Cristo es el buen pastor “porque ofreció su vida en sacrificio por todos nosotros, por ti, por mí ¡por todos! ¡Y por ello es el buen pastor!”.

Luego, planteó tres puntos para que la Iglesia sea un espacio más propicio para el discernimiento vocacional. El primero es la necesidad de ser rebaño. “El hombre de hoy rechaza con desdén el papel de ser oveja y la idea de ser rebaño. Un fenómeno evidente que expresa lo señalado es la masificación”. Es común, señaló, ver cómo nos dejamos guiar “por todo tipo de manipulación y de persuasión oculta, noticias falsas y por modelos de bienestar y de comportamientos de moda sin el más mínimo discernimiento”. Agregó que “somos cautivados por mayorías que no constituyen pueblo, sino que anulan a la persona y capturan la conciencia”. Pero, sostuvo, la propuesta del Buen Pastor es ser rebaño–pueblo, “lo que significa estar en la realidad para testimoniar la riqueza del Evangelio, siempre en comunidad, con la conciencia de pertenencia al pastor y a su rebaño”.

Lo segundo es la necesidad de que Cristo sea la piedra angular: “Las ideologías de moda, la libertad que se vuelve contra el hombre, la autonomía irracional y tantas otros ejemplos buscan reducir a Cristo a una dimensión espiritualista”. Sin embargo, indicó monseñor Roncagliolo, “la grandeza del rebaño es que se deja conducir por el buen pastor, quien no solo es quien lo guía sino que es su piedra angular” (cf. Hch 4, 11).

Por último, resaltó la necesidad de arriesgar. “La vocación es la respuesta valiente y audaz a la llamada, siempre inserto en el Pueblo de Dios”, dijo, y agregó: “Esta elección implica el riesgo de dejar todo para seguir al Señor y consagrarse completamente a él, para convertirse en colaboradores de su obra”.

La alegría cristiana y la necesidad de una buena convivencia nacional
Hacia el final de la homilía el obispo expresó que “a pesar de los dolores y dificultades de nuestra Iglesia, a pesar de que las corrientes culturales van en la dirección contraria al Evangelio, les aseguro que no hay mayor gozo que el de arriesgarlo todo por el Señor”. Y exhortó a los jóvenes: “No hay alegría más grande que entregar la vida, ni riesgo más válido que jugársela por el Señor. No sean sordos a la llamada del Señor. Si él los llama por este camino, abracen esta apasionante aventura y confíen en él”. Y les aseguró que a los que dejan las redes y la barca para seguir al Señor, él les promete la alegría de una vida nueva, que llena el corazón y anima el camino”.

Al término de la eucaristía, el padre Cristián hizo una oración a la Virgen por el país, “porque tenemos conciencia de que somos pueblo, y el pueblo necesita convivencia. Y cuando sus autoridades no conviven, se deterioran las relaciones del Pueblo de Dios. Pidamos a la Virgen del Carmen, Patrona de Chile, que regale a nuestras autoridades ejecutivas y legislativas la capacidad de convivir, de dialogar y de presentar un proyecto común para la paz de nuestro país”.

Fuente: Comunicaciones Santiago
Santiago, 26-04-2021