En su homilía, Don Cristián se centró en tres puntos importantes con los cuales se dirige a la comunidad educacional:

Partió con la mención de una reseña histórica de los inicios del Liceo de las Hermanas de la Providencia en Llolleo, en que, recordando a la Madre Bernarda Morín, fundadora de la Congregación en Chile, destaca las características del actual proyecto educativo, cuyo propósito es, según sus palabras, “proporcionar a la sociedad personas educadas en los valores cristianos, que puedan responder tanto a las necesidades propias como a las de su entorno”. Con ello, saluda a los padres y apoderados, directores, docentes, profesores y auxiliares que sirven cada día a sus estudiantes y familias.

Luego, la homilía del obispo de Melipilla resalta la importancia de la memoria agradecida por la historia y las personas que han marcado la tradición del Liceo. Recordando un pasaje del libro del Eclesiástico (44, 1. 9-13) y algunas palabras de san Juan Pablo II (cf. Novo Millennio Ineuente y Tertio millennio adveniente), monseñor Contreras señaló que la mirada de la comunidad educativa sobre su historia debe estar sustentada en la comprensión bíblica de la memoria, cuyo fundamento cristológico es la Encarnación del Hijo de Dios, su vida terrena y su impacto decisivo en la historia hasta el retorno glorioso del Hijo de Dios.

El pastor exhortó también a los profesores y padres de familia a vivir la misión de ser autoridades, rescatando su sentido etimológico –aumentar, promover, hacer progresar– y contraponiéndolo con el autoritarismo, con el fin de seguir promoviendo la formación integral y valórica de los estudiantes en esta comunidad educacional. Con ello, Don Cristián destacó el aporte fundamental de la Iglesia Católica a la labor educativa, en lo que respecta a la formación integral como horizonte de la humanización plena de las personas y a la colaboración de toda la comunidad educativa.

Finalmente, el obispo concluye con un pensamiento de san Agustín, que recuerda la belleza de la vida, como también de las tempestades que arremeten en ella, con el fin de pedir que la comunidad educacional, que celebra su historia y su labor en la Eucaristía, escuche la voz del Señor resucitado, ore por el país y confíe en la intercesión de la Virgen María en su advocación del Carmen. Para la diócesis San José de Melipilla, es un motivo de orgullo y celebración por el servicio educativo que han realizado las Hermanas de la Providencia en Llolleo, el cual confiamos en su perduración en el tiempo.

Fuente: Obispado de Melipilla
Llolleo, 05-10-2021