Despedir al Papa Benedicto XVI con afecto filial fue la primera invitación del obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales, al presidir la misa en su memoria, este jueves 5 de enero, “porque ha sido nuestro padre y pastor”, señaló. En su homilía, don Ricardo dijo que el Papa emérito “dedicó su vida a la búsqueda de la verdad, que es Jesucristo”, una búsqueda que no impidió el diálogo con el mundo, tanto en su rol de profesor como de prefecto en la Congregación para la Doctrina de la fe, y recalcó que “supo ser fiel custodio de esa Verdad revelada”. El obispo destacó lo que a su juicio son los dos rasgos que definen al Papa emérito: su humildad y su caridad. “Humildad, porque no buscó el poder ni ser servido. Y cuando vio que sus fuerzas no lo acompañaban, renunció”. Y sobre la caridad, dijo que “su ministerio fue un ejercicio de caridad enorme. Su renuncia fue por amor a Jesucristo y a la Iglesia, porque amó profundamente a Jesús y a la Iglesia hasta el final”.

Don Ricardo también subrayó que “a él le tocó enfrentar el escándalo de los abusos sexuales dentro de la Iglesia, y lo hizo con decisión y fuerza, sufriendo y levantándose enemigos”, destacando la carta que dirigió a los católicos de Irlanda, en la que reprocha a las autoridades eclesiásticas su negligencia. “El encuentro con Jesús marcó su vida, -continuó- y se entregó totalmente a su servicio de manera práctica, sabiendo que el amor trae la cruz, eludir la cruz no es cristiano”. Finalmente, invitó a los presentes a confiar “en que él seguirá orando por nosotros, para que seamos generosos servidores de la misión de Jesucristo”.

El Papa emérito Benedicto XVI partió al encuentro del Señor el pasado 31 de enero, y desde entonces, las diócesis de Chile han estado celebrando misas por su eterno descanso y en agradecimiento al Señor por su vida y pontificado.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 05-01-2023