Con gran alegría, cientos de personas se reunieron en las parroquias y capillas para celebrar la Vigilia Pascual. En la Catedral de Copiapó, presidió la celebración el obispo, Monseñor Ricardo Morales, que comenzó con la bendición del fuego en el atrio del templo y la entrada del cirio pascual al templo a oscuras, desde donde se fue contagiando la luz a las personas con sus velas. La liturgia de la Palabra dio paso a la homilía del obispo.

El primer llamado de don Ricardo fue repetir las palabras del ángel y de Jesús mismo a las mujeres que lo buscaron la mañana del domingo, a no tener miedo. “Cuántas veces nos llega el miedo al corazón, miedo a la muerte, a la enfermedad, a la cesantía, a que le paso algo a nuestro seres queridos; la luz de la resurrección vence todo temor, es más fuerte que la muerte”, dijo el obispo.

En segundo lugar, don Ricardo invitó a reconocer “la alegría que nos propone el Señor, que implica vencer nuestro temores y salir a anunciar, tal como nos pide el Papa, ser una Iglesia en salida, responder a la necesidad de anunciar lo que hemos visto y oído” y agregó que “la alegría nos sale al encuentro en la sencillez de una sonrisa, en una palabra de consuelo, en una amistad sincera. Siempre hay lugar para fiarnos del amor de Jesús”.

Por último, se refirió a la indicación de Jesús de ir a Galilea. “Esto significa volver a empezar, -dijo el obispo -, a recomenzar desde la fuente del primer amor. Los discípulos que negaron a Jesús o se escondieron necesitaban volver a empezar. Nosotros también” aseguró, y dijo que “el Señor siempre nos da una nueva oportunidad. Recordemos esa primera vez que en nuestro corazón se encendió la llama de la fe y del amor; quizás fue en una catequesis, en la capilla, con nuestros abuelos” y finalizó: “Siempre podemos volver a empezar, la última palabra la tiene siempre Cristo resucitado, que es alegría, esperanza, consuelo”.

Luego el obispo bendijo el agua y tras la renovación de las promesas bautismales, la asperjó en la asamblea.

La celebración concluyó con la bendición y el saludo pascual del obispo y el sonido de las campanas anunciando la Buena Nueva de la resurrección del Señor, y con grandes muestras de alegría entre las personas presentes en el templo, especialmente de los niños presentes, que recibieron huevitos de chocolate.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 09-04-2023