Pbro. Pedro Kliegel
Fecha: Miércoles 28 de Agosto de 2019
Referencia: 27.08.18
Pais: Chile
Ciudad: Osorno
Autor: Padre Pedro Kliegel
En mis estudios secundarios, en la clase de latín, leí mucho y con agrado poemas del escritor romano Virgilio.
Él, en una meditación sobre su trabajo escribió, aparentemente un tanto melancólico, los siguientes versos:
Yo escribí estos versos, otro se llevó los honores
Así, pájaros, Ustedes no nidifican para Ustedes mismos,
Así, ovejas, no llevan la lana para Ustedes mismas,
Así, abejas, no hacen miel para Ustedes mismas,
así, bueyes, no llevan el arado para Ustedes mismos.
Virgilio buscó los honores, reconocimiento, aceptación. Leyendo estos versos con ojos cristianos el enfoque de la vida es diferente. Uno busca que otro pueda nidificar, hacer miel o arar. En una comunidad, uno vive y trabaja para otro, encontrando ahí la bendición. Esta motivación nos guió al iniciar la comunidad San Maximiliano Kolbe. Todos, sin diferencia, en búsqueda del amor mutuo., del apoyo mutuo. Sueños se realizan cuando hay convicciones.
Los pobladores experimentaron que solidaridad es una fuerza invencible, que el interés por el otro rompe los lazos del egocentrismo, que un mundo mejor es posible. Así creció a lo largo de los años de trabajo en conjunto una comunidad viva y despierta a las necesidades humanas.
Fue el origen de la idea de una escuela como un proyecto de enseñanza social, proyecto de autogestión, un proyecto donde familia e institución educativa pueden vivir una especie de simbiosis. Sintiéndose parte activa del entorno social en Osorno, la comunidad analizó con sobriedad el contexto social observando cambios rápidos y radicales.
Los procesos de la globalización, del individualismo y de la deslegitimización de las instituciones producían con urgencia desafíos nuevos, lo que afectó también a nuestra enseñanza escolar.
Los documentos eclesiales nos advirtieron con insistencia que “las nuevas reformas educacionales de nuestro continente, impulsadas para adaptarse a las nuevas exigencias que se van creando con el cambio global, aparecen centradas prevalentemente en la adquisición de conocimientos y habilidades, y denotan un claro reduccionismo antropológico, ya que conciben la educación preponderantemente en función de la producción, la competitividad y el mercado”
(DA N° 329)
Para la educación católica la centralidad está puesta en la persona, es el elemento central sobre cualquier otro aspecto, lo que marca las disposiciones fundamentales de los alumnos y los apoderados, y la conformación de la comunidad de profesionales.
Dos ejes enmarcan nuestra gestión. El primer eje es el horizontal, que recoge el compromiso a realizar: la formación integral de las personas, ayudarles a descubrir y desplegar su dignidad de acuerdo con sus talentos y con el sello de nuestro Colegio.
El segundo, el eje vertical, es la cultura escolar con el sello de un Colegio bajo el alero de la Iglesia Católica donde la formación no se concreta solamente en el ámbito del saber y saber hacer, sino también bajo el horizonte del vivir junto a los demás y del crecer en humanidad. La UNESCO propone pilares semejantes: “aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser”.
El mundo globalizado es uno de dominaciones y determinaciones, que se refleja – cada vez más – también en el mundo de educación. Dicha globalización no está muy dispuesta a respetar singularidades en las culturas.
Ahí queríamos y queremos poner cara al viento. América Latina tiene potencial, potencial humano, potencial cultural, potencial espiritual. Tomando en cuenta el valor y la riqueza de nuestras culturas americanas, nuestro Colegio abrió las puertas en el año 2004 a un nuevo proyecto de educación innovando en la construcción curricular: inspiración y espiritualidad del arte como sello de formación.
Me parece que dimos en el clavo. La experiencia demuestra con creces que acertamos. Alumnos y apoderados nos agradecen hoy este giro. Nos deja contento el hecho que las familias descubren el arte como un derecho, se ha dado cuenta que el arte es una fuente formadora en el Colegio y en el hogar, saben que el arte es una madre inspiradora de vida, es una fuente espiritual, es creadora, es como un viento liberador. El arte ayuda a dar respuestas a muchos interrogantes de la vida. El arte une y crea pertenencia.
¿Hay una forma mejor de educación y formación?
En nuestro proyecto escolar nos concentramos enteramente en el arte de las Américas, cuyas culturas viven desde generaciones místicamente en las almas de nuestros jóvenes. Basta tocar estas vetas y aparecen espontáneamente la expresividad innata de nuestros pueblos: esta expresividad receptiva, intuitiva, no tan racional, la que vive en armonía con la creación, que trasciende objetivos materiales, la sentimos como una cultura agradecida y creadora, abierta, maternal. De estas riquezas nos nutrimos hoy.
Hay un legado no negociable: cuidar lo propio, cuidar lo especial de una populación, cuidar lo que ama una nación. El arte lo sabe decir, con o sin palabras.
El Colegio Artístico Santa Cecilia ha marcado un hito importante en el área de educación en el país.
El eco que tiene el trabajo formativo del colegio nos afirma que el camino iniciado con la innovación e inspiración artística es de buen futuro. Espero que nuestras autoridades civiles lo comprendan también así y que sigan apoyándonos como un Colegio Católico Humanista con el sello artístico.
Treinta años de vida son un lazo fuerte. Se han echado buenos fundamentos. Nuestra comunidad es un cuerpo vivo, sigue creciendo, y siempre dando de lo propio. Nos están creciendo alas. Volaremos lejos.
La convicción del profesorado, de asistentes y personal del Colegio, el entusiasmo de nuestros alumnos y alumnas, el interés de los apoderados, el seguimiento de muchos exalumnos y el apoyo irrestricto de la Fundación Cristo Joven han creado pertenencia.
Quiero agradecer en nombre de la Fundación Cristo Joven a todos los que han regalado parte de su vida a esta labor educativa.
Soñamos con una comunidad.
Despertamos siendo una comunidad.
Se está fortaleciendo la comunidad.
Con el arte nutrimos nuestra comunidad.
Nuestra fe mantiene esta comunidad.
Lucharemos también por el derecho de formación escolar desde la vivencia de una comunidad.
Quiero terminar mis palabras con otra expresión del poeta romano Virgilio, que decía:
AUDACES FORTUNA IUVAT, que quiere decir: LA FORTUNA FAVORECE SOLO A LOS VALIENTES
…y nuestra fortuna es la fe en la oportunidad que se da a nuestro pueblo.
Muchas gracias por caminar juntos.
