La Misa fue presidida por el obispo de Talca, Mons. Galo Fernández Villaseca, quien expresó que celebrar hace bien, pues “para mirar el presente debemos tener en cuenta que lo que tenemos, lo que hemos recibido. Es obra de generaciones y generaciones que fueron tejiendo la vida en común que es la ciudad”.

“Es también la ocasión para dar gracias a Dios y valorar el compromiso de cada uno y de cada una. Todos contribuyen a hacer la ciudad, ciertamente hay responsabilidad importante de las autoridades en distintos niveles, es crucial, pero nada sería si en el fondo cada uno de nosotros asume su propia responsabilidad de contribuir al bien común”, indicó el obispo Galo Fernández.

“Villa de San Agustín de Talca, así fue fundada, y desde entonces la figura de San Agustín se ha transformado en nuestro patrono, él nos haba en sus escritos de la ciudad de Dios (..) la ciudad no es el lugar apartado del equilibrio natural, sino que es el lugar construido en medio de esta tierra que Dios nos ha dado, debemos ser respetuosos del entorno natural. Construir ciudad tiene mucho que ver con el cuidado de los bienes que tenemos, no con consumo desenfrenado sino con equilibrio respetuoso con la naturaleza”, enfatizó nuestro pastor diocesano.

Casa del Padre Manolo
Después de la celebración eucarística se efectuó la ceremonia oficial por el 281 aniversario de Talca, en el salón del Centro de Extensión de la Universidad de Talca. En la oportunidad se hizo un emotivo reconocimiento a la Corporación Nuestra Señora de la Consolación, sostenedora de la Casa Padre Manolo, que atiende a enfermos terminales.

“Para nosotros fue una sorpresa recibir una distinción porque somos fieles a una premisa que dice ‘el bien no hace ruido’. Cuando haces las cosas tranquilo, no salimos en los diarios. Es por eso que fue una agradable sorpresa y muy emotivo para nosotros”, señaló Custodio Moyano, presidente de la Corporación.

La Corporación Nuestra Señora de la Consolación, sostenedora de la Casa Padre Manolo, es una huella solidaria del sacerdote español Manuel Arranz que aún sigue viva. El religioso fundó el año 1996 una casa para enfermos terminales que hasta el día de hoy funciona en Talca. Su legado fue heredado por el diácono Custodio Moyano.

Durante veinte años Moyano ha dirigido los destinos de este lugar que -desde sus inicios- cobija a quienes ven cómo la vida se apaga y necesitan de un respaldo material y emocional.

Es así como la Corporación Nuestra Señora de la Consolación ha atendido más de 4 mil enfermos en la etapa final de sus vidas. La Casa del Padre Manolo, como es conocido el hogar, tiene el respeto y admiración de todos los habitantes de la ciudad.

En la ceremonia de aniversario también fueron reconocidos el exfutbolista Nicolás Peric y el exregidor Vicente Acuña.

Fuente: Comunicaciones Talca
Talca, 15-05-2023