Los grupos de oración de la Renovación Carismática Católica (RCC) de la Arquidiócesis de Concepción vivieron un encuentro este domingo 28 de mayo, solemnidad de Pentecostés.

El encuentro finalizó con una Eucaristía en el templo San José, que fue presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción, Monseñor Oscar García.

En su homilía, Monseñor Oscar afirmó que el Espíritu Santo “nos ha guiado para encontrarnos, de diversas formas, de diversos lugares, como aparece en los Hechos de los Apóstoles. De diferentes lugares se congregaron y vieron cómo la acción del Espíritu Santo obró en ellos, obró en cada uno, y entendían todos un único lenguaje. Sin lugar a dudas, el lenguaje del Espíritu Santo que es el gran amor de Dios, que -como dice San Pablo- ha sido derramado en nuestros corazones y que habita en nuestros corazones”.

“Hoy también nosotros estamos reunidos como familia, como comunidad de diversos lugares, llevados por el Espíritu Santo, guiados por Él, no estamos por casualidad. Ninguno de nosotros está por casualidad acá, la casualidad no existe para nosotros, sino que lo que existe es la Providencia de Dios, conducida por su Espíritu para convocarnos en torno a la persona de nuestros Señor Jesucristo, para conocerlo en profundidad, encarnado en nuestra propia vida y darlo a conocer en medio de los nuestros”, destacó.

Por este motivo, llamó a pedirle al Señor “que nos dejemos interpelar por los valores del Evangelio para que, como en María Santísima, se encarne Él en nosotros” y poder ser canal de gracia y bendición para otros.

“Sólo así tiene sentido la verdadera vida cristiana, tiene sentido ser discípulo, tiene sentido ser apóstol. De lo contrario, lo que vamos a anunciar no es otra cosa sino nuestros principios, valores e intereses particulares”, advirtió.

Monseñor Oscar señaló que hoy también “estamos aquí para cantar, alabar y bendecir al Señor por las maravillas que Él realiza en cada uno de nosotros, en cada una de nuestras familias, en cada una de nuestras comunidades particulares, en la Iglesia. Sin lugar a dudas, tenemos que verlo a la luz de la fe, para poderlo percibir, para poderlo discernir. Y, sobre todo, para poder tener ese corazón agradecido, porque de lo contrario, solamente vamos a ver las cosas negativas que en el mundo suceden. Y, sin embargo, el Espíritu Santo está actuando, está obrando”.

En ese contexto, sostuvo que una de las misiones del Movimiento Carismático es “ayudarnos, a todos los cristianos, a descubrir la acción del Espíritu, que en nuestras comunidades particulares está obrando”.

El Obispo Auxiliar de Concepción y Vicario Episcopal de Arauco destacó la importancia de orar frente al Santísimo Sacramento “para encontrarnos con Jesucristo, dejándonos llenar por su Espíritu y darlo a los demás, para ser también efecto de contagio”.

Haciendo alusión a la segunda lectura tomada de la Primera Carta de Pablo a los Corintios, recordó que “somos enviados para también compartir nuestros dones, nuestros carismas, nuestros talentos (…) y que hoy, más que nunca, estamos llamados a vivir en esa comunión, en esa unidad, para que con cada carisma podamos ser un bello jardín de Dios, para poder edificar el Reino de Dios y transformar el ambiente y la realidad que nos toca vivir. Sabemos cuánto Dios nos ha regalado y, por lo tanto, no puede quedar escondido”.

En ese sentido, invitó a los presentes a “encender este fuego del Señor en medio de sus comunidades, que sean capaces de -como se decía de la primera comunidad cristiana- que al verlos se diga «miren cómo se aman, miren cómo están comprometidos», con todo lo que esto significa, porque no estamos exentos de dificultades, pero allí, siendo sal y luz para ayudar a otros a encontrarse también con Jesucristo y motivarlos, no sólo para encontrarlo, sino que también conocerlo y seguirlo”.

Además, Monseñor Oscar García los animó a no decaer, “porque yo sé que no en todos los lugares son comprendidos, pero tampoco Jesucristo fue comprendido entre los suyos, pero nunca dejó de hacer la pega y de hacer la voluntad del Padre, porque sabía que la voluntad del Padre era la más perfecta. Por lo tanto, no claudiquen, no bajen los brazos, sino que todo lo contrario. Aquí están no porque sean los mejores, sino porque el Señor, en nuestra humildad y sencillez, quiere que también seamos portadores en medio de las comunidades y una luz de esperanza, de vida, que sea capaz de tocar el corazón y transformar vidas, pero con el testimonio de nuestra vida”.

“Los felicito en este día tan especial y los animo a que tengan siempre ese ardor, siempre ese entusiasmo (…) y compartir este don maravilloso, que no es otro, sino la fuerza que viene de lo alto, ese amor que ha sido derramado. Y, como dice el Evangelio según San Juan, no podemos callar lo que hemos visto y oído, sino todo lo contrario. Queridos hermanos, que el Señor los bendiga, que la paz y la alegría que nos trae el Resucitado, hoy más que nunca inunde vuestro corazón, para que de verdad vivamos encendidos por su Espíritu y podamos ser portadores de una nueva realidad de Iglesia, caminando juntos en este espíritu sinodal, en la capacidad de escucha, pero sobre todo en la capacidad de centrarnos en la persona de Cristo para encarnar, cada día, desde nuestra propia persona los valores del Evangelio, para que sólo en Él el mundo tenga vida”, puntualizó.

Al final de la Santa Misa, los Coordinadores de la RCC entregaron el signo de la luz a los servidores responsables de cada uno de los grupos de oración pertenecientes en la Arquidiócesis de Concepción: Jesús Palabra de Dios de Hualpén, Jesús está vivo de Nonguén, San Alberto Hurtado de Lota, San Francisco de Asís de Concepción, Sagrado Corazón de Jesús y María de Concepción, Santa Cecilia de Talcahuano, Jericó de Concepción, San Francisco de Asís Calero de Lota, María Medianera de todas las Gracias de Punta de Parra, Cristo Nuestro Hermano de Hualpén, Santa Mónica de Lomas Coloradas, Inmaculada Concepción de Concepción, Nuestra Señora del Carmen de Talcahuano, Maranata de Lorenzo Arenas, Santo Tomás de Villanueva de Boca Sur, San Juan de Mata de Concepción, Secreto de María de Lorenzo Arenas, Lourdes de Tomé, Jesús Vive de Cabrero, San Agustín de Concepción, Padre Pío de Lagunillas, La Ascensión del Señor de Barrio Norte, Cristo Rey de Tomé, Espíritu Divino de Santa Juana, Padre Jerónimo Trettel de Cañete y San José de Concepción.

Además, Monseñor Oscar García bendijo y envió a un grupo de peregrinos que viajarán durante estos días a Medjugorje.

Finalmente, Juan Pomeri agradeció a Monseñor Oscar García por acompañarlos en esta Eucaristía e invitó a la comunidad a levantar sus manos y orar por él.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 29-05-2023