Cardenal Juan Francisco Fresno Larraín

Cardenal Juan Francisco Fresno Larraín

 
Viernes 15 de Octubre de 2004
Mons. Juan Francisco Fresno Larraín
I Obispo de Copiapó
IV Arzobispo de La Serena
IX Arzobispo de Santiago
III Cardenal chileno
Arzobispo emérito de Santiago



Mons. Juan Francisco Fresno Larraín nació en Santiago el 26 de julio de 1914. Hijo de Luis Alfredo Fresno Ingunza y Elena Larraín Hurtado.

Estudió en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago y en la Universidad Gregoriana en Roma. Bachiller en Derecho Canónico.

Fue ordenado sacerdote en la Catedral Metropolitana, el 18 de diciembre de 1937 por Monseñor José Horacio Campillo, Arzobispo de Santiago.

Fue Director espiritual y Vice-Rector del Seminario Menor de Santiago, Asesor de Acción Católica, Juez pro-sinodaly Párroco fundador de los Santos Angeles Custodios (Seminario) en Santiago.

El Santo Padre Pío XII lo eligió Obispo de la recién creada diócesis de Copiapó el 15 de junio de 1958. Su lema episcopal fue "Adveniat regnun tuum" (Venga a Nosotros Tu Reino". Tomó posesión de la diócesis el 26 de agosto de 1958

El Papa Pablo VI lo promovió al Arzobispado de La Serena el 28 de junio de 1967, y tomó posesión de dicha diócesis el 28 de septiembre de 1967. Sucedió a Mons. Alfredo Cifuentes, quien había renunciado por razón de edad. En Copiapó le sucedió Monseñor Carlos Camus, en 1968.

Hizo la Visita Ad Limina por Relación escrita en 1964, como Obispo de Copiapó, y personalmente en 1974 y 1979 como Arzobispo de La Serena, y en 1984 y 1989 como Arzobispo de Santiago.

En 1983 fue nombrado miembro de la Congregación para la Educación católica.

Participó en las cuatro Sesiones del Concilio Vaticano II; en la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín, 1968; y por delegación pontificia en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla, 1979. Asistió a la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo, 1992.

Ocupó diversos cargos en la Conferencia Episcopal chilena, llegando a ser su Presidente entre los años 1975 y 1977. También desempeñó importantes cargos en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Fue Visitador del Seminario Pío Latino de Roma.

S.S. Juan Pablo II lo trasladó al Arzobispado de Santiago, el 6 de mayo de 1983. Tomó posesión de la Arquidiócesis de Santiago el 10 de junio de 1983. Sucedió al Cardenal Raúl Silva Henríquez, quien había renunciado por razón de edad. Recibió el Palio Arzobispal el 4 de diciembre de 1983.

Fue elevado a la dignidad cardenalicia en el Consistorio del 25 de mayo de 1985, con el título de Santa María Inmaculada de Lourdes a Boccea.

Durante su gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Santiago, al Cardenal Juan Francisco Fresno le cupo una destacada participación, en 1985, en la tarea de lograr la reconciliación, en un momento muy crítico de la historia chilena. Fue el gran impulsor del Acuerdo Nacional, iniciativa destinada a buscar acuerdos básicos y esenciales entre las diferentes corrientes de opinión existentes en el país, y que fue la antesala de la recuperación de la democracia.

También tuvo un rol fundamental en la promoción de los acuerdos de paz con Argentina cuando en 1984 se produjo el diferendo limítrofe por territorios australes. También fue un personaje clave en la concreción y organización de la visita a Chile del Papa Juan Pablo II, en abril de 1987.

Por razón de edad renunció al Arzobispado en julio de 1989. Lo sucedió Mons. Carlos Oviedo Cavada.

En 1990 se dedicó a atender, en la diócesis de Melipilla, la pastoral de enfermos y los hospitales de la Zona Rural Costa. Posteriormente ocupó el cargo de Presidente de Caritas-Chile desde 1991 hasta año 2000.

Sus últimos años los vivió junto a la comunidad cristiana en la Capilla de la Sagrada Familia, en Lo Barnechea, donde se encontraba al momento de partir hacia la casa del Padre.

Mons. Fresno falleció el jueves 14 de octubre de 2004. En su despedida, la Iglesia y el país entero, a través de sus más altas autoridades y numerosos fieles, agradecieron a Dios por este hombre bueno y generoso, que tanto significó para la historia de Chile y de su Iglesia que tanto amó.

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Fuente: DOP Santiago - Prensa CECH

Santiago, 15-10-2004