Pregonero incansable de la Buena Noticia

Padre Orlando Córdova celebra 50 años de sacerdocio

Pregonero incansable de la Buena Noticia

 
Viernes 17 de Diciembre de 2004
Con una Solemne Eucaristía, presidida por el Obispo de Valdivia, Mons. Ignacio Ducasse; el P. Orlando Córdova González, Franciscano Misionero Capuchino, acompañado por su comunidad religiosa, familiares y amigos, se apresta a celebrar 50 años de vida sacerdotal. La Misa se celebrará el 19 de diciembre a las 12:15 hrs. en el Templo San Francisco, en Valdivia, recordando el antaño 19 de diciembre de 1954.

El P. Orlando es hijo de Clemente y Ana. Nació el 20 de Octubre de 1930 en Osorno y es el tercero de cinco hermanos. Ingresó al seminario a los 9 años y tras conocer la Orden, se ordenó sacerdote el 19 de diciembre de 1954 en Los Angeles.

Misionero por excelencia, ha anunciado el Evangelio en América Latina y Oceanía. Su primera misión fue en Doñihue, en 1956, y desde entonces, no ha dejado "tierra bendita por Dios" que no han pisado sus pies protegidas de gastadas sandalias... Con la Biblia en una mano, santitos, medallas y estampas del P. Pío en los bolsillos, ha realizado más de 300 misiones.

Ha misionado Chile de Arica a Magallanes; 153 reducciones mapuches, el Vicariato de la Araucanía -hoy Diócesis de Villarrica- 20 localidades del Vicariato Apostólico de Aysén, Chiloé y los territorios insulares de Rapa Nui (Pascua) donde fue párroco suplente y misionero en tres oportunidades y a petición de los pascuenses que viven en Tahiti, misionó a residentes en "Pamatai" de Papeete. En 1960, trabajó pastoralmente en Paillaco, Valdivia, donde ejerció como párroco. A ello se suman las misiones en Argentina, Paraguay y Venezuela

Entre sus lugares de destino se cuentan, Paine en 1954, Concepción, Linares, La Florida, Viña del Mar, Santiago, Los Angeles, Constitución, Paine y actualmente, Valdivia, donde llegó en marzo de 2003.

Gran promotor de la devoción de San Pío de Pietrelcina, ha formado cuatro grupos de Oración en Chile y dos en Argentina. “Me estimula ser fiel y perseverante en esta insigne devoción por haber tenido la dicha en 1956, en vida del entonces P. Pío, de escribirle una carta para resolver algunos problemas de conciencia y felizmente, obtuve respuesta, terminando su carta con estas palabras: Le abraza y bendice: Padre Pío...”.

Fuente: Comunicaciones Valdivia

Valdivia, 17-12-2004