COMENTARIOS de CINE

Buena suerte Leo grande

Últimamente, son más las películas que buscan visibilizar la sexualidad en los personajes adultos mayores. En esta oportunidad, en “Buena suerte Leo grande”, es la destacada actriz Emma Thomson, quien se atreve a desnudar a su protagonista en cuerpo y alma. Aquí, ella interpreta a Nancy Stroke, una profesora jubilada que nunca ha tenido un orgasmo. Tras dos años siendo viuda y con una vida bastante conservadora, decide hacer algo bastante osado como contratar a un trabajador sexual que se apoda Leo Grande (Daryl McCormack), un joven veinteañero que toma el desafío de conseguir que la mujer baje todas sus barreras y pueda disfrutar de la experiencia… 

El filme posee bastantes diálogos, de hecho, a ratos parece que estuviéramos viendo una obra de teatro, donde los personajes tienen largas y entretenidas conversaciones en las que van aprendiendo el uno del otro. Si bien, al comienzo Nancy está llena de nervios e inseguridades, Leo le contesta todas las preguntas con paciencia y empatía, -tal vez- porque se da cuenta de lo importante y significativo que este tema es para ella y, por esto, quiere ayudarla a superar todos los prejuicios con los que ha vivido. 

En cierta medida, el personaje de Nancy me recordó a Mrs. Robinson de la película “El graduado” de 1967, aunque, la última se muestra más desinhibida y se lanza en la aventura con un hombre más joven mientras que, la primera, va mostrando una evolución, la que se va notando desde su vestimenta hasta en sus cambios de actitud. Sin embargo, y a pesar de sus diferencias, ambas mujeres maduras buscan en estos hombres disfrutar de su vida sexual y tener “una segunda juventud”.  

Pienso que Nancy Stroke representa a muchas mujeres de generaciones anteriores, quienes no disfrutaban de su sexualidad, sino que, la asumían como una obligación dentro del matrimonio. Por este motivo, es bonito ir viendo su viaje, en el cual se muestra la manera en que ella se va descubriendo, donde hay un antes y después para Nancy frente al espejo; y al mismo tiempo, es interesante ver cómo se desarrolla la relación entre ambos protagonistas, ayudándose en diferentes formas, tanto así que Leo se asume como un terapeuta sexual y francamente, parece serlo de verdad.  

Leo se preocupa de escuchar a sus clientas y se interesa realmente, en conocerlas; en algún momento comenta que no en todos los casos lo llaman para tener sexo, hay personas que necesitan alguien para conversar o que les tome de la mano, y él si algo saber hacer es escuchar a las personas, ver realmente qué necesitan, en cierta forma aprendió a leerlas y se siente bien ayudando.  

Emma Thompson está realmente genial en su interpretación, le sale con mucha naturalidad y Daryl McCormack, realmente es encantador. Una película para mirar, disfrutar, cuyos diálogos son graciosos y, a su vez, entregan un gran mensaje para reflexionar. Sin duda, vale la pena verla.