A través del Proyecto Esperanza me ha tocado acompañar a mujeres/madres que han vivido la triste experiencia del aborto. En cada caso se puede constatar el dolor, la culpa y soledad interior que se vive con posterioridad a un aborto. Situaciones que, incluso, se manifiestan muchos años después de que este se ha realizado.
Por tanto, la reciente declaración del colegio de psicólogos negando y relativizando el síndrome post aborto, no se hace cargo del dolor traumático de las mujeres. Siendo esta, precisamente, su obligación terapéutica por excelencia. Más bien, han optado por una declaración política a efectos de “legitimar” la legalización del aborto en Chile.
P. Fco. Javier Astaburuaga O.
Director Proyecto Nasciturus
