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Opinión / Cartas al Portal


El tejido marxista

El tejido marxista se ha instalado casi en plenitud en Chile orquestado por el presente gobierno.

Cabalgando en la ideología del género que niega la importancia de la diferencia genital entre el hombre y la mujer y recoge de Engels ver a esta como clase oprimida. La liberación de la mujer pasa por la destrucción de la familia y la entrada de todas ellas en el mundo del trabajo. Forman parte de esta liberación la transitoriedad del matrimonio que se fundaría en un libre compromiso, la maternidad libre mediante el control de la natalidad con la anticoncepción y el aborto. La maternidad aparece como un lugar de alienación por lo que hay que desmaternizar a la mujer.

Se busca la plena igualdad entre el hombre y la mujer propendiendo llegar a una cultura unisex. En ella los papeles del hombre y de la mujer serian perfectamente intercambiables. El comportamiento heterosexual sería solo un caso dentro de otros posibles: homosexualidad, bisexualidad, travestismo; se producen nuevos tipos de familia como las compuestas por padres del mismo sexo que deben gozar de igualdad y de las misma prerrogativas que la familia tradicional.

Hemos asistido en Chile a la sustitución del sexo por el género, a la aceptación de la homosexualidad, a la liberación sexual, al control de la fertilidad – métodos anticonceptivos – al debilitamiento del matrimonio con el divorcio y las asociaciones de vida en pareja, a la búsqueda del matrimonio igualitario – entre parejas del mismo sexo -, a la despenalización del aborto con propósito futuro de su legalización.

Se ha ido así también destruyendo la familia y su papel básico en la sociedad y se busca privarla de su responsabilidad en la educación sustituyéndola por el Estado.

Todo esto se ha realizado subrepticiamente, casi sin darnos cuenta.

Urge una toma de conciencia de este proceso que me atrevería a tildar de demoníaco. Y denunciarlo y oponerse a él.

Los cristianos debemos tomar conciencia de esta procesión de desvalores, ilustrar las conciencias y defender los valores de nuestra fe.

Dr. Pedro Naveillan F.