Es comprensible que la representante de la organización abortista Miles mal entienda las definiciones jurídicas, magisteriales y pastorales del Papa Francisco en su última carta pastoral y las manipule a su propio interés para denostar a quienes defienden el derecho a la vida.
En efecto, conceder a todo sacerdote de manera ordinaria – pues ya existían en el derecho canónico las facultades extraordinarias - la facultad de absolver del pecado de aborto a quien lo ha cometido significa, al menos, dos cosas fundamentales: acoger con misericordia y consolar : “Es el tiempo de la misericordia, para que cada pecador no deje de pedir perdón y de sentir la mano del Padre que acoge y abraza siempre” (n.21).
Y dejar claro que el aborto directamente provocado siempre es un pecado grave: “Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente” (n.12 Carta Pastoral Misericordia et Mísera, Papa Francisco) . Tergiversar la enseñanza del Papa en esta materia es tendencioso y destinado a confundir a la opinión pública, pues una lectura atenta del documento no deja lugar a falsas interpretaciones.
P. Fco. Javier Astaburuaga Ossa
Director Proyecto Nasciturus y Niños por la Vida
