A propósito de los últimos acontecimientos relacionados con algunos miembros de la Iglesia, necesitamos aclarar y ahondar que la Iglesia no son SOLO los sacerdotes involucrados en delitos humanos, ni los que la dirigen, SOMOS TODOS los creyentes en ella e INOCENTES por el mal proceder o la mala dirección que tuvieron algunos, en algún momento dado de la historia.
A sabiendas de esto no se puede dejar de salir en su defensa , por la injusticia y la mala intención de muchos al sentenciarla culpable como tal, por todo el mal provocado por sacerdotes con nombre y apellido. Tampoco se puede dejar de mencionar que ella en su esencia es divina pero también compuesta por hombres sujetos a equivocaciones y tentaciones como el resto de los seres humanos.
Ella como tal, fundada por Cristo es INOCENTE y aún más, es definitivamente una víctima más por el gran daño provocado en su interior. Con mucho pesar vemos repetirse la historia, viéndola repudiada y sentenciada como antaño lo hicieron con Cristo.
Hoy, gritar a los cuatro vientos su inocencia es imperante para los Católicos, si no queremos seguir sintiendo día a día el silencio sepulcral de culpabilidad dentro y fuera de ella.
M. Verónica Correa
Madre de familia
