Después de la oración que concluyó con la segunda jornada de ayer, la asamblea escuchó el dramático y terrible testimonio de una mujer europea, que sufrió abusos de un sacerdote de su parroquia, desde que tenía 11 años y por cinco largos años, abusos que destruyeron su vida. Los sentimientos de culpa y las consecuencias afectivas. El recorrido para reconstruir su identidad, dignidad y fe.