En un año difícil y con una pandemia a cuestas, la Iglesia de Santiago no baja los brazos y junto a su Vicaría de Pastoral Social, se encuentran coordinando por octavo año consecutivo, la entrega de cenas a familias en situación de vulnerabilidad pertenecientes a las parroquias de la región Metropolitana. El aporte, que consiste en una caja de mercadería y un pollo entero congelado, permite a las familias esperar con dignidad el nacimiento de Jesús, compartiendo juntos un plato de comida.