Diócesis de Valdivia celebró el sí de Juan Pablo II

Diócesis de Valdivia celebró el sí de Juan Pablo II

 
Martes 05 de Abril de 2005
Con una Eucaristía presidida este lunes 4 de abril por Mons. Ignacio Ducasse, acompañado de sus sacerdotes, autoridades civiles y militares de la Provincia y fieles, de la ciudad y el campo, que repletaron el templo catedral debiendo abrirse las puertas para que celebraran desde afuera, la Iglesia valdiviana celebró el sí de Juan Pablo II.

Durante la homilía Mons. Ignacio centró su reflexión en “los sí de la historia”, aludiendo a María, la mujer fiel que “con su disponibilidad y sí rotundo, da a Dios una puerta de carne para entrar al mundo” y al sí de Juan Pablo II centrado en el mismo rostro, Cristo, a quien invitó a mirar en el Estadio Nacional cuando dijo: “¡no tengáis miedo de mirarlo a El! Mirad al Señor!”.

La fuerza de la debilidad

Monseñor destacó el legado del magisterio de Juan Pablo II, en el plano trinitario, social, eclesiológico y antropológico, escritos que “reflejan a uno de los más significativos protagonistas de la historia de la humanidad en la segunda mitad del siglo XX, atento a los avatares y necesidades del hombre de su tiempo”, puntualizó.

Refiriéndose a lo que denominó “el libro de la vida” Mons. Ignacio dijo que “el Papa Juan Pablo escribió para nosotros otro gran libro, uno que comenzó a escribir desde el día en que fue elegido Sumo Pontífice, hasta la última página que escribió hace pocas horas. Ese libro lo podríamos titular ‘La fuerza de la debilidad’. Su figura que poco a poco se fue encorvando, su voz acallando y sus gestos que con gran esfuerzo realizaba nos muestran una vez más la victoria de la cruz”.

Al término de su intervención, recordó que el Papa “nos deja como Iglesia universal un legado como Mensajero de la vida y Peregrino de la paz; como país nos deja su visita, la paz con Argentina y el recuerdo de un hombre que nos regaló “el pan de la Palabra, el pan de la esperanza y el pan de la verdad” en nuestra propia casa y, como diócesis, nos deja además la primera piedra de este Templo Catedral, que él mismo trajera desde las catacumbas vaticanas y que bendijo en Concepción el 5 de abril de 1987”, finalizó.

Fuente: Comunicaciones Valdivia
Valdivia, 05-04-2005