Carta de Mons. Carlos Oviedo, Secretario General de la CECH, al Sr. Jorge Tapia Valdés, Ministro de Educación, sobre la Escuela Nacional Unificada
Punta de Tralca, 11 de abril de 1973
Señor
Jorge Tapia Valdés
Ministro de Educación
PRESENTE.-
Señor Ministro:
Los Obispos de Chile reunidos en Asamblea Plenaria queremos agradecerle la atención que Ud. ha prestado a nuestra solicitud de ampliar y alargar el debate en torno al proyecto de Escuela Nacional Unificada.
Dentro de un breve plazo entregaremos un documento en que expresaremos más detalladamente nuestros puntos de vista al respecto, como una contribución a este debate.
Dejamos bien en claro que nuestra preocupación no se refiere exclusivamente, ni principalmente, a la educación particular católica, sino a todo el proceso educacional del país.
Por eso hemos instruido a nuestros colegios en el sentido que, mientras siga el debate, no deberán introducir modificaciones en el régimen actual.
No ocultamos que el proyecto de ENU nos merece graves reservas, pese a sus aspectos positivos, por su orientación filosófica expresa o subyacente, la que no podemos compartir.
Contribuiremos con todo nuestro empeño para que el debate sea constructivo y respetuoso,
LOS OBISPOS DE CHILE
por los Obispos de Chile
† Carlos Oviedo Cavada
Obispo Auxiliar de Concepción
Secretario General de la Conferencia
Episcopal de Chile
MINISTERIO DE EDUCACION PÚBLICA
Gabinete del Ministro
CHILE
Santiago, 12 de abril de 1973
Excmo. Señor Cardenal
Raúl Silva Henríquez
Arzobispo de Santiago
Presidente de la Asamblea Episcopal
PRESENTE.-
Excmo. Señor Cardenal:
Por la presente tengo el agrado de comunicarle la decisión oficial del Gobierno de acoger la petición: de S. E. formulara, en nombre de la Iglesia Católica, al Sr. Presidente de la República en el sentido de que se ampliaran los plazos para la discusión del proyecto sobre Escuela Nacional Unificada, a fin de hacer posible un debate amplio, democrático y constructivo de dicha iniciativa.
Aprovecho la oportunidad para manifestarle nuestra voluntad de recibir el aporte positivo que los Obispos de Chile exigen de los cristianos, para así poder establecer un sistema educacional adecuado a las necesidades actuales y futuras del pueblo.
Nunca el Gobierno se ha cerrado al diálogo ni ha rehuido la confrontación de ideas, características propias de una sociedad pluralista. En tal sentido, el proyecto sobre Escuela Nacional Unificada puede y debe ser discutido por todos los organismos representativos de la comunidad nacional, no sólo en lo referente a sus formas o métodos de aplicación, sino también en cuanto al fondo mismo. Sólo nos interesa defender las ideas centrales que informan la Escuela Nacional Unificada y que apuntan al establecimiento de un sistema educacional abierto, flexible, que combine el trabajo teórico y el estudio con el trabajo práctico, que haga posible una educación permanente y creadora con igualdad de posibilidades para todos los chilenos.
Nos preocupa que los Obispos, según se desprende de su última declaración pública, consideren que la Escuela Nacional Unificada \"no respeta valores humanos y cristianos fundamentales\", pues así fuese no cabe duda que el proyecto debería sufrir modificaciones substanciales. Sin embargo, el Gobierno considera que la Escuela Nacional Unificada, por el contrario, hace posible la puesta en práctica de dichos valores. Sobre este punto en especial estamos prontos a escuchar los planteamientos de la Iglesia Católica.
He propuesto personalmente al Consejo Nacional de Educación la elaboración de un método de discusión que garantice un debate sereno y constructivo en el cual puedan expresarse libremente todos los puntos de vista y manifestarse todas las opiniones. El Consejo Nacional de Educación ha encomendado este trabajo a una comisión, la que deberá evacuar su informe a la brevedad posible.
Por último, creo conveniente reiterarle, Sr. Cardenal, el propósito del Gobierno, del Ministro que suscribe, de todos y cada uno de los funcionarios de esta repartición pública, de transformar profundamente el actual sistema educacional respetando la libertad de conciencia y el pluralismo ideológico, a fin de lograr una educación liberadora a través de la cual el hombre pueda reconocerse a. sí mismo y a sus semejantes en una sociedad donde no existe la opresión de unos sobre otros. No puede escapar a su consideración que sustentan al Gobierno fuerzas políticas con diversas orientaciones ideológicas, marxistas, racionalistas y cristianos, lo cual es una garantía más de que no buscamos el adoctrinamiento de los jóvenes. Desgraciadamente, se ha desatado en el país una campaña de prensa que utiliza los métodos más innobles para manipular la conciencia de los ciudadanos en aquello que les es más querido: la suerte y el destino de sus hijos. Es preciso superar este clima que sólo favorece a quienes buscan por todos los medios, anular la racionalidad del debate democrático, detener el proceso de cambios y sumir al país en el oscurantismo.
En la seguridad de que S. E. comprenderá nuestra intención y buen propósito, se despide atenta y respetuosamente,
Jorge Tapia Valdés
Ministro de Educación Pública