Las actividades de celebración partieron con un desayuno fraterno, ofrecido por los funcionarios del Obispado de Chillán. Al mediodía, monseñor Jara celebró una misa junto a algunos fieles en capilla El Sagrario, ubicada a un costado de la Catedral de Chillán.
Su vigésimo tercer aniversario de consagración episcopal celebró este lunes 06 de junio, monseñor Alberto Jara Franzoy, obispo de Chillán. El prelado fue consagrado en el año 1982, en la parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de Ñuñoa, en una ceremonia presidida por el entonces Arzobispo de Santiago, cardenal Raúl Silva Henríquez. “Vino a servir” fue su lema episcopal escogido.
Las actividades de celebración partieron con un desayuno fraterno, ofrecido por los funcionarios del Obispado de Chillán, encabezados por Claudio Pucheu Neira, administrador de bienes del organismo. Asimismo, estuvieron presentes algunos sacerdotes que lo acompañan en labores diocesanas como: el padre Raúl Manríquez Ibáñez, vicario general; el padre Enrique Knothe Badillo, vicario de pastoral; el padre Patricio Fuentes Benavides, director del Centro de Formación Diocesano; y el padre Renato Toro Medina, director del Instituto de Catequesis.
Al mediodía, monseñor Alberto Jara celebró junto a un grupo de fieles, en una misa que presidió, en la capilla El Sagrario, ubicada a un costado de la Iglesia Catedral de Chillán.
Labor episcopal de monseñor Jara
Monseñor Jara es el quinto obispo de la Diócesis de Chillán, tras tomar posesión de su cargo el 20 de junio de 1982, ante el Consejo de Gobierno de la Diócesis y ser recibido por sus diocesanos en la Iglesia Catedral, en una solemne eucaristía.
En sus 23 años como obispo de Chillán ha realizado 3 visitas pastorales a las parroquias y organismos diocesanos para animar a los agentes pastorales y palpar de cerca la realidad de la diócesis.
En 1984 creó el Centro de Formación Diocesano, impulsando de esta forma la formación pastoral permanente, a través de cursos sistemáticos y las semanas Teológicas, Bíblicas, sociales y litúrgicas.
También a impulsado un ordenamiento de la pastoral aportando líneas básicas comunes, concretando la entrega de las Orientaciones Pastorales Diocesanas y de los Directorios de Pastoral Sacramental, de Comunidades, de Acción Fraterna y de los Consejos Parroquiales y Económicos. En todo, considerando una profunda participación de los laicos.
Instó a la formación de nuevas comunidades y grupos, a partir de la Gran Misión de los años 1988, 1989, 1992 y 1993, que promovió en los sectores urbanos, rurales y ambientales.
Preocupado por asentar la vida espiritual de los fieles, impulsó la construcción, bendición y regular atención pastoral, del santuario de “Santa Teresa de los Andes”. También, abrió al servicio de la comunidad la capilla “Beato Padre Alberto Hurtado”, junto a la comunidad de religiosas del Buen Pastor. Asimismo, se preocupó de la creación de nuevas capilla: San Alberto Magno, en la villa P. Hurtado; y Nuestra Señora de la Luz de Villa Don Ambrosio.
En sus años como pastor, se han creado tres parroquias: San Juan de Dios y “Buen Pastor”, en Chillán y “Nuestra Señora de Guadalupe”, en Quirihue.
También se han creado nuevos colegios católicos en Chillán, San Carlos, Bulnes y Quirihue.
Además de su trabajo especifico en la Diócesis, ha asumido en cargos pastorales en la conferencia episcopal de Chile como integrante de la Comisión Pastoral en varios períodos. Actualmente, preside la Comisión Nacional de Liturgia.
Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 06-06-2005