Excmo. Sr. Nuncio Apostólico de Su Santidad
Excmo. Sr. Secretario del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales
Queridos hermanos en el Episcopado
Sr. Rector y Autoridades de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Estimados delegados asistentes a la Reunión Continental
Estimados amigos:
Con inmensa alegría, la Conferencia Episcopal de Chile acoge hoy a nuestros hermanos que participan en la Octava Reunión Continental de la Red Informática de la Iglesia en América Latina.
Lo hacemos convencidos del gran desafío que supone para la Evangelización de la Cultura el conocimiento acabado y el uso creativo de las tecnologías de la información. ¡Cuánto bien le ha hecho a la Iglesia aprovechar las posibilidades que nos ofrece Internet para llegar con la Palabra de Jesucristo a tantas personas! ¡Cuánto hemos ido aprendiendo los obispos, junto a la buena voluntad de muchos laicos interesados en transmitirnos sus conocimientos y poner su esfuerzo a disposición de la Iglesia!
En la realidad de nuestro continente, todavía marcada en forma significativa por la pobreza, la cuestión de la llamada “brecha digital” se convierte en una preocupación no menor para nuestra Iglesia. En contextos de distribución injusta del ingreso y de desigualdad de oportunidades, la categoría de los llamados “info-pobres” es una voz de alerta que no podemos ignorar. En Chile y también en otros países de nuestra América Latina, hemos conocido de importantes iniciativas para dotar de computadores a escuelas pobres y a organizaciones comunitarias. Sin duda, son un progreso saludable pero insuficiente. Difundir la Buena Noticia de Jesucristo nos exige seguir trabajando, incansablemente, por dotar a todas nuestras comunidades de las tecnologías mínimas para unirlos a esta Red infinita de posibilidades. De un modo especial, a aquellas comunidades más postergadas por la geografía o por sus condiciones políticas, sociales, económicas y culturales.
Puede ser ésta una buena hora para analizar seriamente desde nuestra Iglesia las vías a través de la cuales podamos ir abriendo, de un modo progresivo, las ventanas del diálogo y de la reflexión, usando para ello las posibilidades que nos brinda la tecnología. No basta con ganarnos un lugar en la Red a través de un sitio o de un portal. Necesitamos disponer de mecanismos expeditos y personalizados para responder adecuada y oportunamente a quienes nos escriben a los portales de la Iglesia. Necesitamos ofrecer bases actualizadas de nuestros documentos y de las vías de acceso a nuestra información. Urge tener servicios de acompañamiento espiritual a las personas que buscan en Internet un consejo, una voz de esperanza, una salida. Hay que aprovechar, en la medida en que corresponda, los espacios de diálogo responsable y respetuoso, para oír a la gente, especialmente a los jóvenes, en foros y Chat. En cada uno de estos desafíos hay barreras económicas y tecnológicas significativas. Pero también hay otras psicológicas y culturales que nos impiden avanzar en la exploración de nuevas formas de acoger, de acompañar y de evangelizar.
Que el Espíritu Santo conduzca vuestras reflexiones y diálogos hacia estos desafíos y hacia tantos otros que ustedes traen desde sus propias experiencias y necesidades. En nombre de la Conferencia Episcopal de Chile, les doy la más cordial bienvenida y les deseo un trabajo fecundo y una grata estadía en nuestra tierra.
Muchas gracias y que Dios les bendiga.