Feliz de cumplir 60 años de sacerdocio se encuentra el Pbro. Ignacio Ortúzar, actual párroco de la Inmaculada Concepción de Vitacura. Con orgullo recuerda que su vocación surgió motivada por el Padre Alberto Hurtado.
“Es una verdadera bendición de Dios celebrar 60 años de sacerdocio en el mismo año en que será canonizado el Padre Alberto Hurtado, a quien le debo mi vocación”, dijo con orgullo el Padre Ignacio Ortúzar al recordar el origen de su vocación.
Don Nacho, como le dicen cariñosamente sus fieles y amigos, celebró estos 60 años de sacerdocio con una Misa de Acción de Gracias el sábado 24 de septiembre pasado.
Su vocación
En el año 1937, con 17 años de edad, el joven Ignacio Ortúzar estudiaba medicina. Estando en la universidad, junto a otros estudiantes asistió a un retiro espiritual del Padre Hurtado. Todo cambió en su vida desde aquel día, reconoce. Aunque no se decidió de inmediato entrar al seminario, el “bicho” de la vocación sacerdotal comenzó a rondar por su cabeza. “Me resistía a la fuerza del llamado. Volví nuevamente al Padre Hurtado y él me dio fuerzas para seguir adelante sin desfallecer. En marzo del ’39 él mismo me presentó al Seminario Pontificio”.
Una historia fecunda
Así fue el inicio de la historia sacerdotal del P. Ignacio Ortúzar. Una historia que ha sido fecunda y de la cual él se siente inmensamente feliz. Su ordenación tuvo lugar el 22 de septiembre de 1945, en la Catedral Metropolitana, en una ceremonia presidida por el entonces Arzobispo de Santiago, Cardenal José María Caro Rodríguez. Junto a él se ordenaron otros jóvenes, entre ellos Mons. Sergio Venegas.
“Me siento feliz de celebrar 60 años de sacerdocio y muy agradecido del Señor por la variedad de trabajos pastorales que me ha tocado realizar. Los primeros siete años los dediqué al Seminario. Después seguí en el Instituto de Humanidades. En el año 1962 fui nombrado párroco de El Salvador. Ahí comenzaron mis años de párrocos que siguen hasta hoy en la parroquia Inmaculada Concepción, pasando por las queridas parroquias de San Bernardo y Santa Elena”, cuenta con la sencillez característica el P. Ignacio.
Pero, no sólo ha sido párroco. También ha ocupado importantes cargos en la curia arzobispal. Fue Vicario General, en la época del Cardenal Silva Henríquez. Vicario de las Zonas Sur y Providencia-Las Condes (hoy Cordillera), Vicario para la Vida Consagrada, director del Departamento del clero, entre otras responsabilidades.
Fidelidad al Señor
¿Qué le diría a los sacerdotes jóvenes y quienes piensan en el sacerdocio como una opción de vida?
A los sacerdotes jóvenes les diría que renueven permanente su fidelidad al Señor, de ponerse enteramente a su servicio. Eso es maravilloso. Hay que darse por entero al Señor, todo lo demás se da por añadidura.
Y a los jóvenes que tienen inquietud vocacional, les diría que no tengan miedo, que sean generosos. El sacerdocio es una vocación maravillosa. El Señor cuando llama hay que corresponderle. Si uno trata de ocultar su verdadera vocación no será nunca feliz. Y también pediría a las familias se favorezcan las vocaciones al sacerdocio.
Fuente: DOP Santiago
Santiago, 04-10-2005