Conocer al Señor es lo mejor que me ha pasado

Conocer al Señor es lo mejor que me ha pasado

La Hermana Pilar Margarita Tapia Agurto, Religiosa de Nuestra Señora de la Consolación, celebró, el 1º de julio, 25 años de vida consagrada. La Acción de Gracias se realizó en la Parroquia San Lorenzo de Longaví, fue presidida por Mons. Koljatic y concelebrada por gran parte del Clero.

Jueves 03 de Julio de 2014
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La Hna. Pilar, nos cuenta un poco de estos 25 años consagrada al Señor, comienza sonriendo fuerte y diciendo con orgullo: “Soy longaviana y doy gracias a Dios por el don de la vida, porque conocerlo a Él es lo mejor que me ha pasado. Le doy GRACIAS por su amor consolador, expresado como un padre, como una madre por su hijo/hija, que cuida, protege, anima, levanta, sana, corrige, mima… También, un enorme GRACIAS a mi familia, especialmente a mis padres Solano y María Elsa que fueron para mí un gran y hermoso destello de la luz de Jesucristo, por ellos conocí a Dios como Padre-Madre que con infinito amor supieron transmitir la presencia de Dios, la fe, el amor a la Iglesia, los valores, el amor al prójimo… A mi hermana Manuela y mi hermano Mario que me enseñaron con sus vidas a mirar con profundidad, con bondad, con una rica sensibilidad a las personas, servir con inteligencia y a ser capaz de arriesgar la vida por los demás. GRACIAS A MI QUERIDA PARROQUA San Lorenzo, fue para mí casa y familia que me entregó herramientas para un servicio, amor y entrega. A don Carlos Camus que trajo a las Hermanas a esta Diócesis y han servido con tanta generosidad y bendecido con un ramillete de vocaciones de esta Iglesia de Linares.

GRACIAS a las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación que supieron transmitir, entusiasmar, acoger mis inquietudes juveniles y que con su testimonio de mujeres consagradas, su entrega, su sencillez, su cercanía, animaron mi vida, alimentaron mi anhelo de Dios, mis búsquedas y acompañaron mi camino hacia el compromiso y la entrega en la Vida Religiosa. Un inmenso GRACIAS a todas las personas que han permitido, con su oración, con el cariño, con la generosa entrega y que en el día a día van mostrando el rostro de Dios, sirviendo, acompañando. Dios me ha dado más de lo que yo le he dado a Él.

¿Cuál sería su invitación a quienes siente inquietudes vocacionales?
A las familias a ser generosos con sus hijos, a transmitir la fe, a colaborar con Dios en esta misión de ser padres y madres, y ayudar a que sus hijos descubran su vocación en la Iglesia y en la sociedad, cómo servir mejor. Y a los jóvenes, busquen ser felices, escuchen a Dios que nos habla de distintas maneras, El los mira con un amor diferente, incondicional, no está esperando que sean perfectos para llamarlos, déjense querer por El y descubrirán que su mirada, su Palabra va a transformar sus corazones y sus vidas, no le tengan miedo, El es el gran Consolador. Alguien dijo: “A Jesucristo es imposible conocerlo y no amarlo, amarlo y no seguirlo”. Este pensamiento caló profundamente mi corazón. Hoy lo conozco, lo sigo, lo amo y soy inmensa y profundamente feliz.

Fuente: Comunicaciones Linares
Linares, 03-07-2014