Mediante las redes tecnológicas el Padre Henry Ramírez, misionero claretiano de Colombia, se contactó con el Pastor bautista Marcos Corona, miembro de RILEP. Para el Padre Henry las mismas maravillas tecnológicas son las que dan una posibilidad de la paz en Colombia. “Una señora me decía “¿nosotros qué podemos?” Si, alguien de Colombia me llama y me dice: “están bombardeando Medellín de Riari”. Yo podría decirle a algunos de ustedes que escribieran un correo electrónico o una llamada al comandante militar de esa región, diciéndole “sabemos que hay población civil, por favor, sea respetuoso.” Eso puede hacer mucho porque él se da cuente que esos campesinos, que están muy alejados donde no llega nada, tienen gente en el extranjero que está pendiente. Puede ser uno, pero si es uno más y más, y más,” señaló el Padre Henry.

Además nosotros los chilenos podemos cumplir un papel muy importante ante la situación en Colombia, porque Chile es uno de los garantes de las negociaciones de paz, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, el que rápidamente quedo truncado. Por eso, el llamado del Padre Henry y otras muchas organizaciones sociales es que se reanuden las negociaciones, y mientras tanto se decrete un alto al fuego.

La Iglesia ante el conflicto armado

Con el nombramiento de Monseñor Augusto Castro, como presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, tanto las FARC como el gobierno invitaron a la Iglesia a que asumiera el acompañamiento a las víctimas. “Monseñor Castro es una persona de reconocida independencia frente al Estado y la insurgencia. Él ha estado en zonas de conflicto, por eso conoce el tema. Además, la Pastoral Social también ha tenido un rol importante en el acompañamiento de las víctimas”, mencionó el Padre Henry, aunque siempre hay sectores que se identifican con alguna de las partes, y son reacios a denunciar los crímenes.

Balance positivo

Este fue la última actividad que realizó RILEP en el marco de su programa de Encuentro por la paz, que llevaron a cabo tanto en Valdivia como en Temuco. “Cuando temas como este salen a luz, y el mundo se comienza a enterar, aunque Valdivia es un mercado más pequeño, pero siempre el uno más uno, más uno, es lo que va construyendo. También es bueno que haya distintas fes participando. Porque nosotros vemos nuestras diferencias como elementos positivos en la construcción de la paz”, señaló don Carlos Babliani, miembro de RILEP. “El proceso colombiano, que vemos tan distinto a los nuestros, tienen la misma raíz: la falta de amor, buscar intereses personales, esconder una realidad general, y desorientarnos a cada uno. Pero de esta forma nos ayudamos a reorientarnos, reencontrarnos y entusiasmarnos en hacer algo por todos”, finalizó el dr. Enrique Fullá, parte de RILEP.

Fuente: Comunicaciones Valdivia
Valdivia, 08-09-2014