Se trata de una solemnidad en donde la Iglesia invita a celebrar el triunfo de Cristo en todos aquellos santos que están gozando de la presencia de Dios, incluidos aquellos cuyos nombres y festividad no aparecen en el calendario católico.

Fue precisamente el valor de la santidad el que destacó el pastor diocesano, recordando que “puede ser alcanzada por cualquiera de nosotros en la medida en que vivamos la vida, haciendo lo ordinaria de manera extraordinaria, para alcanzar a ser santos”, subrayó en presencia de las decenas de fieles que a primera hora de este domingo acudieron a visitar a sus seres queridos que ya han partido a la casa del Señor.

En nuestro país, es toda una tradición que en este día las familias visiten masivamente los cementerios para recordar a sus seres queridos fallecidos, aún cuando el Día de Todos los Difuntos sea efectivamente el 02 de noviembre. Entendiendo esta realidad es que la Iglesia, además de las misas en los templos parroquiales y capillas, presta el servicio de celebraciones eucarísticas en todos los campos santos, como ocurrió la mañana de este domingo, donde el obispo recordó además el significado de la vida eterna para los cristianos.

Finalizada la eucaristía, el obispo encabezó una procesión hacia el Mausoleo del Obispado de Chillán. Allí este año a través de un signo muy especial, quiso recordar a algunos de los sacerdotes que ya han partido, pero que aún son parte de la memoria viva en la Diócesis, elevando sus plegarias por cada uno de ellos.

De igual forma, este 1 de noviembre se celebraron misas y liturgias en los cementerios de toda la provincia de Ñuble.

Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 02-11-2015