Con curso dirigido a sacerdotes de Chillán continúa proceso formativo en prevención de abusos
Alta participación del presbiterio en certificación promovida por la Iglesia.
Fue en el contexto de la reunión mensual del presbiterio durante la mañana de este martes, el que permitió dar continuidad al ciclo de formación en Prevención de Abusos de Menores, que la Diócesis de Chillán inició en enero pasado, y que en esta oportunidad convocó a todos los sacerdotes que participaron de las charlas que son promovidas desde la Comisión de Formadores para la Prevención de Abusos de Menores, establecida por la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), e impartidas por un equipo local a nivel diocesano.
El sacerdote P. Luis Flores, quien dictó el primer módulo “Abuso sexual en la Iglesia Universal y Chilena”, explicó que “en la diócesis tenemos un equipo de 8 personas, entre consagrados y laicos, que somos formadores en materia de prevención de abusos”, indicó reconociendo que “abordar estas materias con nuestros pares, a todos nos causa dolor esta situación; sin embargo, valoro la alta participación y el interés que mostró el presbiterio en pleno que asistió a esta certificación”, recalcó.
Tal mirada fue compartida por Guillermo Stevens, Encargado Diocesano de la Comisión en Prevención de Abusos, al señalar que “desgraciadamente este tema ha salpicado de manera negativa a los sacerdotes, pero la jornada de formación ha sido muy provechosa, ya que los presbíteros con mucha espontaneidad compartieron sus puntos de vista en los trabajos en grupo que se llevaron a cabo”, sostuvo.
Se trató del quinto grupo que recibe esta certificación, donde participaron 37 sacerdotes, 2 seminaristas, una religiosa y un diácono en tránsito. Mientras que en enero lo hicieron los Diáconos y sus esposas; y en marzo, las religiosas agrupadas en Conferre; funcionarios del Obispado; y el personal docente del Colegio San Agustín de Quirihue.
La Jornada de Formación que se llevó a cabo en Casa Tabor, se enfocó en entregar a los participantes los elementos necesarios que les permitan distinguir los signos de un posible abuso y su adecuado abordaje; conocer la forma en cómo la Iglesia universal y en Chile se ha respondido a esta situación; y tener claridad sobre lo que la legislación civil y la normativa canónica prescribe ante la posibilidad de un abuso sexual a un menor de edad.
Cabe recordar que este proceso se remonta al 2003 cuando la Iglesia nacional elaboró el primer Protocolo para enfrentar estas situaciones, el que fue actualizado y complementado el año 2011, y luego –a petición de la Santa Sede- se elaboró el documento “Cuidado y Esperanza. Líneas Guía de la Conferencia Episcopal de Chile para tratar los casos de abusos sexuales a menores de edad”, presentado en 2015, y que fue redactado por los obispos de Chile, en donde se establecen procedimientos claros y coordinados en el manejo de los casos de abuso, tanto para asistir a las víctimas como para formar a la comunidad eclesial en la protección de los menores de edad.
Todos los Obispos de la CECh, que durante esta semana participan de la 111ª Asamblea Plenaria en Punta de Tralca, ya realizaron el curso en noviembre del año pasado, materia que ahora será abordada en el mediano plazo, por todos los consagrados, agentes pastorales, y trabajadores de los Obispados, parroquias y colegios católicos del país. Al final del curso se entrega un certificado, que será un requisito obligatorio en los diversos servicios de la Iglesia.
El próximo martes 12 de abril, continuarán las charlas dirigidas al personal de colegios, esta vez en el Sagrado Corazón de Jesús de Chillán, y luego, durante el lunes 18, le corresponderá a los profesores y asistentes de la educación del Colegio Teresa de Los Andes de Bulnes. En tanto, esta experiencia formativa debutará en parroquias durante la primera quincena de mayo, con la comunidad parroquial de San Carlos de Borromeo.
Presbiterio joven valora instancia
Sin duda que este proceso formativo viene a responder al desafío prioritario de abordar una problemática social que afecta tanto a la Iglesia, como a la sociedad chilena. Así lo entiende el sacerdote más joven actualmente en ejercicio en la Diócesis de Chillán, el P. Pablo Valladares, quien el próximo 28 de junio cumplirá dos años desde su ordenación.
“Siempre ha sido importante formarnos y tratar estos temas, pero ya nosotros desde el Seminario lo hemos abordado. Claramente ha sido un proceso doloroso, pero que también vemos con mucha esperanza, pues más allá de la prevención de los abusos, lo importante aquí es seguir haciendo lo que Dios quiere: que los niños siempre estén bien, y no se les transgreda su inocencia, y eso es un trabajo entre todos, no solamente de los sacerdotes”, indicó el presbítero de 30 años, quien actualmente es el nuevo Asesor del Dpto. de Pastoral Juvenil de la Diócesis.
Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 05-04-2016