En el Santuario Del Carmen, se dio inicio a la tradicional procesión de nuestra Madre y Reina de Chile, hasta donde asistieron miembros de las Fuerzas Armadas y de Orden a celebrar a su generalísima, además de las comunidades cristianas.

Esta procesión, fue encabezada por Monseñor Luis Infanti y acompañada por el Párroco de la comunidad de Coyhaique Padre Alex Ruíz, el Capellán del Ejército Padre Luis Zúñiga, entre otros sacerdotes que se hicieron presentes durante el recorrido que estuvo centralmente dirigido a reflexionar sobre las Obras de la Misericordia, Corporal y Espiritual.

A las 12 horas, la Virgen Del Carmen, hace ingreso por la Puerta Santa del Año de la Misericordia, custodiada por los estandartes de la IV División del Ejército y seguida por todos los asistentes. Al comenzar la Santa Misa, se entonó el Himno Nacional, acompañado por la Banda del Ejército.

Nuestro Padre Obispo, fue quien presidió la Misa, realizando reflexiones en torno al Chile actual, cómo hacer de éste un país más misericordioso agregando: “…Es así como la Virgen María, quiere decir que bajo su manto, quiere tener a todos sus hijos, que bajo su mirada quiere entrar en cada uno de nosotros, una mirada de ternura, una mirada de amor, una mirada que quiere manifestar, transmitir y comunicar la Misericordia de Dios, que nos ha sido entregada por Jesús, en ese momento de la cruz, con sus brazos extendidos entre el cielo y la tierra. María, madre de toda la humanidad, una madre que quiere estar presente a los pies de las infinitas cruces de vida, de dolor y sufrimiento de nuestra humanidad y de nuestro país, justamente para hacer brotar de nuestros corazones signos de resurrección, de vida, de misericordia y de amor de Dios.”

De igual forma, Monseñor Infanti, hace mención a las intenciones del Papa Francisco, diciendo: “El Papa Francisco, nos invita, especialmente en estos años, a que también en Chile esta misericordia de Dios, que es una mirada materna de la Virgen María, se manifieste especialmente en dos grandes sectores, uno es a través de una preciosa carta, Laudato Si’ indicándonos que la Virgen María también nos guíe como pueblo de Chile hacia una mayor cercanía, cuidado y amor a nuestra tierra y su gente, un amor que nos ayude a escuchar atentamente el grito de la tierra, el grito de los pobres, que es un solo grito, un grito que clama al cielo, un grito que clama al alma y a la conciencia de nuestro pueblo, especialmente de nosotros los creyentes; no sólo para responder generosamente, sino para responder adecuadamente como Dios lo haría hoy, y ahí está la misericordia de Dios, expresada en nuestras actitudes de perdón, de misericordia, de diálogo, de un llamado a la conversión; vivimos días de violencia, de desconfianza, días en que hay muchos descartados, personas que ya no “sirven” porque ya no producen en una sociedad del éxito, tantos descartados que son gritos de nuestra tierra y de nuestro pueblo que esperan el gesto de la misericordia de Dios, el gesto fraterno, solidario, amoroso, potente, de que Dios es su Dios, que aunque nosotros no los tratamos muy como hermanos, Dios sigue siendo su Padre, nuestro Padre. Este es el gran desafío de los creyentes, ser expresión del toque del amor de la Misericordia; de manera que los demás vean en nuestras obras, no sólo en nuestras palabras, que Dios está presente, que Dios nos ama.”

Al finalizar la Misa, se presentaron diversas ofrendas a la Virgen Del Carmen, donde también se cantó el himno de la Reina y Patrona de Chile y del Ejército.

Fuente: Comunicaciones Aysén
Coyhaique, 18-07-2016