Como comunidad diocesana de Valdivia nos sumamos a la oración por el eterno descanso del iniciador del Movimiento Adsis, el presbítero José Luis Pérez.
El Movimiento Adsis lleva casi 30 años en nuestra diócesis, caracterizándose por su completa entrega a su encomienda pastoral de acompañamiento a los jóvenes universitarios. Los sacerdotes, célibes y laicos de su movimiento que han pasado por nuestra comunidad han dejado una huella profunda que hasta hoy se recuerda en nombres como el de
Marta Palomar, iniciadora y promotora de la Fundación CIFAM, Rafael Perdomo y Elvira Martínez, quienes fueron funcionario del Obispado de Valdivia, de
los presbítero Mariano Montero, José Enrique Varas, Miguel Ángel García, Gonzalo Espina y Pedro Gil, que junto a tantos hermanos y hermanas de Adsis han servido y estado presentes en nuestra vida diocesana.
El día de hoy, martes 11 de abril,
acompañamos a la familia Adsis al despedir a su iniciador, el presbítero José Luis Pérez quien a sus 83 años va camino a la morada del Padre. Llamado “atípico fundador” por algunos medios de prensa debido a su carisma abierto, integrador y plural, renuncio a su cargo como presidente del movimiento en el año 2001, señalando "la mitificación tonta que se hace de los fundadores no es buena para ninguna institución de la Iglesia”.
Su preocupación por la vida juvenil en su etapa más crítica, es decir universitaria y laboral, le llevo a plantearse formar jóvenes para asumir el liderazgo y ser fermento en sus lugares de estudio y de trabajo en relación constante con cristianos y no cristianos.
El año 1964 inicio la realización de cursillos por toda España, dirigido a jóvenes con el fin de prepararles y hacerles sentir protagonistas y fermento como cristianos en el mundo. Al final de este primer encuentro, en Bilbao, los jóvenes se dieron el nombre de Adsis, “estar presente” en latín. El presbítero José Luis Pérez señala en entrevista con periodismodigital: “Ser Adsis es una vocación que da sentido y configura la vida a través del compromiso y la pertenencia, de cualquier situación humana. Yo quiero seguir a Jesús haciéndole presente en el mundo en el que estoy. Sea hombre, mujer, célibe, cura o casado.
Cualquier estado o situación humana es vocación. La vocación no excluye ningún tipo de condición humana, porque Adsis no es una presencia personal, sino con otros.”
Crédito de la imagen Periodismo Digital
Fuente: www.periodismodigital.com/religion
Valdivia, 11-04-2017