El recorrido cargando la cruz de Jesús, comenzó en la Catedral de Punta Arenas recorrió las principales calles del centro de la ciudad y terminó en el cerro la Cruz.
Al caer la tarde del Viernes Santo, miles de fieles acompañaron por las calles de Punta Arenas a Jesús camino al Calvario. El Vía Crucis comenzó en la Catedral y recorrió las calles del centro de la ciudad hasta llegar al cerro La Cruz.
El obispo Bernardo Bastres señaló: “Este año con nuestro Vía Crucis, nos hemos querido unir a nuestros hermanos de Siria, quienes viven la peor crisis humanitaria según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), llevan 6 años de guerra cuya violencia desmedida ha dificultado el acceso al agua, alimentos, energía y suministros médicos.
Los más afectados han sido los niños, quienes están desprotegidos, la Unicef estima que 8,4 millones de menores – más del 80% de la población infantil de Siria – se han visto afectados por el conflicto, incluyendo tanto a los que están dentro del país como a los que viven refugiados en países vecinos.
En estas circunstancias, nos preguntamos: ¿Es posible seguir otro camino? ¿Podemos salir de esta espiral de dolor y de muerte? ¿Podemos aprender de nuevo a caminar por las sendas de la paz?
Esta noche me gustaría que desde todas las partes de la tierra gritásemos: Sí, es posible para todos. Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño hasta el más grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese: Sí, queremos. Mi fe cristiana me lleva a mirar a la Cruz. ¡Cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz.
Quisiera pedir al Señor, esta noche, que nosotros cristianos y todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritáramos con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son camino para la paz!... ¡Que se acabe el sonido de las armas! La guerra significa siempre el fracaso de la paz, es siempre una derrota para la humanidad. Resuenen una vez más las palabras de Pablo VI en las Naciones Unidas: “Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más… ¡Nunca más la guerra!
¡Nunca más la guerra!” “¡La Paz se afianza solamente con la paz! La paz no separada de los deberes de la justicia, sino alimentada por el propio sacrificio, por la clemencia, por la misericordia, por la caridad”.
A Cristo Crucificado encomendamos a nuestros hermanos de Siria, de manera especial a los niños, ancianos y mujeres, que sientas nuestro cariño y nuestra oración, para que el Señor desde la Cruz mitigue su llanto y dolor”.
Fuente: Comunicaciones Punta Arenas
Punta Arenas, 14-04-2017