Mensaje del Obispo Castrense de Chile en la Solemnidad de la Santísima Virgen del Carmen y Día de la Espiritualidad de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile
“Y la Madre de Jesús estaba allí” (Jn 2).
Celebrando la Solemnidad de la Santísima Virgen del Carmen y Día de la Espiritualidad de nuestras Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile, a través de todo el país se realizan liturgias eucarísticas, plegarias especiales, procesiones, en honor de nuestra Madre y Reina, invocando su intercesión por tantas nobles esperanzas de nuestras personas, familias, instituciones y la Patria entera.
El designio misericordioso de Dios ha querido que la Santísima Virgen María esté junto a su Hijo Jesucristo para la salvación de la humanidad. “Al llegar la plenitud de los tiempos – nos consigna San Pablo en la epístola a los Gálatas (4)-, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer…” Y el Evangelista Juan nos narra que en la Cruz, “Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre” (19). El querer del mismo Dios es que la Madre celestial vele por todos nosotros y que cada uno la acoja. Así también lo entendieron y practicaron nuestros Padres y Héroes de la Patria. Así lo hemos vivido y expresado como pueblo durante toda nuestra historia.
El Papa Benedicto nos ha dicho que “la Virgen Santísima, la Virgen pura y sin mancha, es para nosotros escuela de la fe, destinada a guiarnos y a fortalecernos en el camino que lleva al encuentro con el Creador del cielo y la tierra... inspírense en sus enseñanzas, procuren acoger y guardar dentro de su corazón las luces que Ella por mandato divino nos envía desde lo alto”.
Con el desafío, pues, de pasar de una fe a veces adormecida a una fe contagiante, llena del fuego santo de Dios, que encienda a otros en ese amor del Creador, volvamos nuestros corazones a la Gran Misionera. Ella dio a luz al Salvador del mundo y trajo el Evangelio a nuestra América. En nuestra Bandera la tenemos como Estrella, para llevarnos al sol de Cristo. Que ayude a cada uno, en su familia, en tierra, mar y aire, a ser discípulos misioneros de corazón con la palabra y testimonio.
Un muy cordial saludo para cada uno de los miembros del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y Carabineros de Chile. Que la bendición de Dios descienda con abundancia.
† Juan Barros Madrid
Obispo Castrense de Chile
Santiago de Chile, julio del año 2008