Como nuevo vicario general asumió el padre Luis Flores Quintana; como vicario episcopal para la pastoral asumió el padre Luis Concha Alarcón; y como vicario episcopal para la educación asumió el padre Juan Carlos Cortez Parada.

El martes 07 de noviembre la Diócesis de Chillán celebró el
“Día del Obispo”, que desde este año se centra en la figura de
monseñor Carlos Pellegrin Barrera. Esta festividad además fue el marco ideal para dar inicio al Mes de María y para que asumirán sus cargos los nuevos vicarios episcopales diocesanos.
Las actividades se iniciaron con la reunión mensual del clero diocesano, que en esta oportunidad tuvo un carácter ampliado, pues participaron religiosos, religiosas, diáconos y algunos laicos misioneros. Al término de este encuentro, realizado en la casa de ejercicios Tabor, el obispo de Chillán tuvo la oportunidad de compartir un almuerzo junto a su personal consagrado.
Por la tarde, monseñor Pellegrin recibió un afectuoso saludo de la comunidad diocesana en un compartir fraterno que se llevó a cabo desde las 17 horas en el gimnasio del Colegio Técnico Padre Hurtado. A dicho encuentro concurrieron unas 300 personas representantes de las distintas comunidades parroquiales, colegios católicos, movimientos, departamentos y servicios de la Iglesia Diocesana.

Al término de dicha actividad se celebró una eucaristía con motivo del “Día del Obispo”, programada para las 19.30 horas, en la Iglesia Catedral de Chillán, que fue presidida por monseñor Carlos Pellegrin y concelebrada por el pleno del clero diocesano.
En esta celebración eucarística se dio inicio al Mes de María y asumieron en sus cargos los nuevos vicarios episcopales de la Diócesis de Chillán.
Como nuevo vicario general asumió el padre Luis Flores Quintana, en reemplazo del padre Raúl Manríquez Ibáñez;
como vicario episcopal para la pastoral asumió el padre Luis Concha Alarcón, en reemplazo del padre Enrique Knothe Badillo;
y como vicario episcopal para la educación asumió el padre Juan Carlos Cortez Parada, en reemplazo del padre Juan Alberto Arroyo, quien se desempeñó como asesor diocesano del Departamento de Educación Católica.

En su homilía, el obispo de Chillán se refirió a la importancia de la vocación de quienes tienen la misión de construir la Iglesia Diocesana. En el contexto de la celebración del “Día del Obispo”, indicó que está profundamente agradecido del Señor por su llamado a dirigir esta porción de tierra de Dios, que ha pesar de ir conociendo lentamente, ya la considera su casa. Con respecto al significado histórico de la sucesión de los cargos de vicarios episcopales de la Diócesis, manifestó que es parte de una renovación natural de las estructuras de la Iglesia con miras a un fortalecimiento de su misión evangelizadora de acuerdo a los nuevos tiempos. Sin embargo, en representación de la Iglesia Diocesana y de sus predecesores señaló sentirse muy agradecido por el invaluable trabajo en sus respectivas vicarías de los padres Manríquez y Knothe, quienes demostraron ser pastores comprometidos y fieles a lo que el Señor siempre quiso para esta Iglesia local. Por otra parte, también agradeció a los vicarios que asumieron, por su disposición a trabajar estrechamente al obispo en este nuevo caminar diocesano.
Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 08-11-2006