1. Hemos conocido esta tarde la noticia del fallecimiento del niño Felipe Cruzat, cuya dolorosa espera de un corazón para prolongar su vida ha conmovido a todo un país.
2. Quiero expresar nuestra cercanía y gran afecto a sus padres y familiares. En su entereza admirable reconocemos la presencia viva del Señor Resucitado en quien han puesto toda su esperanza. En la comprensible tristeza por esta pérdida, les acompañamos con nuestra oración.
3. A todos los que desplegaron esfuerzos para que Felipe pudiera seguir viviendo, les manifestamos nuestra gratitud fraterna, en especial a los equipos médicos y de servicio. Y a todos los que han orado, en sus comunidades o en silencio, en todo Chile, les agradecemos este signo de comunión en la esperanza.
4. Hoy Felipe Cruzat le habla al corazón de Chile. Trabajemos, hermanos, en forma incansable para que la donación de órganos se instale en nuestra sociedad como una tarea de todos, como una cruzada generosa que hará gran bien para los que más sufren.
5. Quisiéramos que la sonrisa de Felipe, que permanecerá viva en nuestra memoria, nos impulse a renovar este compromiso solidario en favor de la vida.
† Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
Rancagua, 3 de abril de 2009.