“¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí. ¡Ha resucitado!”, son las palabras con que el ángel, que está junto al “sepulcro vacío”, donde habían colocado a Jesús, recibe a las mujeres que llegan, muy de mañana hasta el.
Con gozo hemos vuelto a celebrar la Resurrección del Señor. Con veneración hemos recorrido el camino de la Cruz de Jesús; lo hemos acompañado en su muerte, por amor a nosotros y hoy lo celebramos vivo en medio nuestro.
¡Qué alegría me da la constatación que hace María Magdalena cuando, en la mañana del domingo, dirigiéndose al sepulcro de Jesús, lo encuentra vacío!. ¡Se imaginan, que no hubiese sido así! Habría significado el fracaso de Jesús, la desilusión de todos sus seguidores. El plan del Padre sería un fiasco.
En esa mañana, la aflicción del primer momento, se transforma en la certeza que Jesús ha vencido la muerte. El dolor, el sufrimiento, la vergüenza de la muerte del Señor se ha convertido en gozo, en alegría, en certeza del cumplimiento de las promesas de Jesús. “El Señor tenía que resucitar de la muerte”.
Hermanos, ser cristiano significa creer en la Resurrección de Jesús; que Cristo vive y está en medio de nosotros, como vencedor del pecado y de la muerte. Y que nuestro camino, por la vida, puede asemejarse al suyo. Que todo sufrimiento, todo dolor, toda prueba; que todos los signos de muerte que llevamos como cruz personal, encuentran sentido por la resurrección de Cristo y se transforman en signos de alegría, de bendición, de vida y resurrección cuando creemos y lo seguimos a El.
Hoy, los cristianos, estamos felices, no sólo porque Jesús salió vivo del sepulcro, sino porque nos abre a la esperanza. Nuevamente nos renovamos en el deseo de construir el reino de paz y justicia; de amor y libertad al cual nos invita Jesús. ¡Jesús ha resucitado y nos ha abierto el cielo a todos los que hemos creído en El! ¡A todos les deseo, una feliz Pascua de Resurrección! ¡Aleluya, aleluya! Amén.
† P. Obispo Manuel Camilo Vial R.
Obispo de Temuco
Temuco, 12 de abril de 2009.-