Queridos y queridas Catequistas,
Ante todo un cariñoso y agradecido saludo a todos Uds. en el Señor Resucitado con ocasión del Día Nacional de Catequista.
1.- Con mi saludo quiero hacer eco del saludo que el Señor ya resucitado y glorioso da a sus discípulos cuando se les aparece: SHALOM! Es una palabra hebrea que significa la total armonía del propio corazón, y de cada comunidad, que proviene de la bendición amorosa y transformante del Dios de la Vida.
Así pues, SHALOM! para todos Uds. en el Día que la Iglesia les dedica para agradecerles y animarles en la hermosa e importante tarea que Uds. realizan. Uds. son enviados por ella en la persona del Obispo, para catequizar a quienes el Señor les ha encomendado.
2.- Uds. ya saben que según el recordado siervo de Dios Juan Pablo II la catequesis consiste en “formar cristianos seguros en lo esencial y humildemente felices en su fe” (Catechesi tradendae, n. 61). Y para esta tarea cada Catequista debe tener la persona de Jesús el Señor en el centro de su propia vida, y realizar la enseñanza de la fe cada día, cada semana, siempre, con un carácter optimista, lleno de esperanza, con alegría y con la convicción de que no estamos solos, sino que el Espíritu del Señor nos acompaña.
3.- En nuestra Iglesia Diocesana se han ido dando pasos adelante, por una mejor forma de anunciar el Evangelio de Jesús, pero nos falta todavía para lograr lo que nos piden los Obispos del continente americano cuando afirman: “la catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico, mediante un permanente servicio a los demás.” (Documento de Aparecida, n. 299).
Una vez más a todos Uds. les doy las gracias por lo que están haciendo, de modo responsable y entusiasta, acompañando a sus hermanos y hermanas, con la palabra y el testimonio de vida, en orden a que lleguen a ser “discípulos misioneros de Jesucristo para que nuestro pueblo tenga vida.” (Jn 10, 10).
En la parte final de este saludo les recuerdo que sigan formándose cada vez mejor para su labor misionera hecha de modo responsable y competente. No se pierdan las jornadas de formación, retiros, talleres, etc. de la Comisión Diocesana de Catequesis. Creo que el tiempo de la MISION CONTINENTAL que estamos iniciando puede ser una buena motivación y ocasión para todo esto.
María, la santa madre del Señor y madre nuestra, como excelente catequista de su Hijo Jesús y de sus seguidores, les acompañe en la linda misión de ser catequistas del Pueblo de Dios en Atacama.
Les bendice de corazón,
† Gaspar Quintana J., CMF
Padre Obispo de Copiapó