1. La Cámara de Diputados está tramitando en estos momentos un proyecto de ley relativo a la regulación de las uniones de hecho entre personas de distinto sexo. Creemos nuestro deber de pastores hacernos presente con palabras que estimulen la reflexión fundada en la búsqueda del bien común.
2. Sobre la base del respeto de los derechos de las personas, que emanan de su dignidad esencial, invitamos a toda la ciudadanía y a los parlamentarios en particular, a formularse algunas preguntas para comprender mejor esta situación. Reflexionando con serenidad y libertad, sin dejarse llevar por los intentos de mostrar ante la opinión pública que se trata de una realidad social urgentemente necesitada de regular por ley, podremos formarnos un mejor juicio al respecto.
3. ¿Por qué dar un estatuto jurídico especial a quienes, pudiendo casarse, prefieren no hacerlo? Aparece ciertamente una contradicción establecer una ley para resolver posibles problemas patrimoniales y de herencia que ya tienen solución segura y clara en las normas actualmente existentes que regulan el matrimonio, como puede comprobarse en la amplia legislación sobre esta materia. Hay también otras normas que permiten regular las relaciones entre personas, incluyendo la disolución de las mismas.
4. Respetando la libertad de las personas, ¿no correspondería más bien alentar a los jóvenes a casarse? ¿Por qué no promover que aquellos que han optado por una convivencia regularicen su situación viviendo en matrimonio?
5. Desde otro punto de vista, ¿por qué elegir en medio de un tiempo electoral intenso, inmediatamente antes del receso parlamentario, sin la necesaria serenidad para un debate de ideas maduro, votar apresuradamente asuntos que interesan a toda la sociedad, en una materia que es, por su naturaleza, compleja y de consecuencias muy importantes para los ciudadanos del presente y del futuro?
6. No podemos permanecer indiferentes ante una legislación que, de esta manera, disminuye el valor y el sentido del matrimonio como unión permanente entre un hombre y una mujer, que contribuye al bien de la sociedad y no sólo se ocupa de intereses privados de los que lo contraen.
7. Pedimos a quienes han sido elegidos por la ciudadanía para darnos leyes que nos conduzcan al bien común, no dejarse llevar por apresuramientos muy peligrosos. A quienes son cristianos les invitamos fraternalmente a reflexionar las enseñanzas sobre los valores de una sociedad fundada en el Evangelio y a ponderar las dolorosas consecuencias sociales y personales que puede provocar el debilitamiento de la institución del matrimonio.
8. Tratándose de decisiones trascendentes, dirigimos la mirada a la Virgen del Carmen, Reina y Patrona de Chile, para que con su cuidado maternal proteja a las familias de nuestra Patria y cuide la calidad de nuestra convivencia.social.
EL COMITÉ PERMANENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE
† Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente
† Gonzalo Duarte García de Cortázar
Obispo de Valparaíso Vicepresidente
† Francisco Javier Errázuriz Ossa
Cardenal Arzobispo de Santiago
† Ricardo Ezzati Andrello
Arzobispo de Concepción
† Santiago Silva Retamales
Obispo Auxiliar de Valparaíso
Secretario General
Santiago, 2 de noviembre de 2009