1. Diversas movilizaciones de gremios se están produciendo en el país. Cuando las demandas que formulan sus dirigentes son legítimas merecen ser oídas y estudiadas por las autoridades. A éstas les corresponde tomar decisiones con realismo y cuidando el interés general y el bien común de la ciudadanía.
2. Lamentablemente, la radicalización de los conflictos ha derivado en situaciones que afectan a la población y, de un modo muy grave, a los más pobres del país. Es el caso de la paralización de actividades en servicios de salud como postas, hospitales, consultorios, y morgues. Los capellanes de estas unidades y obispos que las han visitado han comprobado la inmensa aflicción que estas medidas de presión generan en las familias más vulnerables. No se puede jugar con la salud de los más pobres; las luchas gremiales tienen un límite y la comunidad merece respeto.
3. Una situación igualmente grave se vive en otros servicios públicos, con similar impacto para los grupos de menores ingresos que no pueden llevar a sus hijos a los jardines infantiles, que deben postergar trámites indispensables, con serias consecuencias. También con gran dolor hemos sido testigos del daño que la movilización de los profesores ha provocado en el sistema educativo y en los procesos de mejoramiento de la calidad de enseñanza. Manifestaciones extremas de presión como huelgas de hambre que ponen en riesgo la vida y la salud de personas no tienen justificación moralmente válida.
4. Invitamos a los dirigentes de los gremios en conflicto y a las autoridades pertinentes, a hacer gestos urgentes y concretos de generosidad y amistad cívica que permitan reponer un diálogo con disposición real por ambas partes hacia el encuentro de posiciones. Y, ante todo, les imploramos retomar el funcionamiento normal de los servicios básicos para las familias más pobres.
5. Junto a las comunidades de todo el país que viven este tiempo esperanzador del Mes de María, nos unimos en la oración al Padre común, por intercesión de nuestra madre, por la más pronta resolución de estos episodios.
† Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
Rancagua, 11 de noviembre de 2009