1. Vivimos en estos días la alegría infinita del Nacimiento del Hijo de Dios. Lo que anunciaron los profetas, por fin se ha realizado, Dios ya está con nosotros; Dios se ha venido a quedar con nosotros.
2. La estrella se ha detenido sobre Belén para indicarnos el lugar preciso donde se junta el cielo con la tierra, donde se encuentra Dios con los hombres. En una familia que pasa la noche en un humilde pesebre, Dios viene a nuestro encuentro.
3. El niño que duerme en brazos de María, bajo la luz tenue de la estrella, es la esperanza para la familia humana, para todos los hombres y mujeres de todos los siglos.
4. Para salvarnos Dios nos regala a su Hijo Único y nos ofrece lo que necesitábamos y que no podíamos conseguir por nuestros propios medios.
5. Dios ha derrochado su amor por nosotros. Nadie hubiera podido imaginar un amor tan grande, porque movido por ese amor, Dios nos ha dado todo. En Cristo hemos recibido toda clase de bendiciones espirituales y celestiales. (Ef)
6. Gracias a la Navidad, las causas de la tristeza y la violencia son sanadas en su raíz. El pecado, el egoísmo y la injusticia que contaminan el mundo ya tienen remedio para nosotros. ¡Este es mi Hijo Amado, escúchenlo! nos dice el Padre Dios.
7. Ya próximo el Bicentenario de nuestra patria, soñamos que Chile sea una mesa para todos; soñamos una tierra en que todos tengamos un lugar y a nadie le falte lo necesario para vivir una vida digna. Parece un sueño, pero no es imposible ni inalcanzable, porque Cristo vive y actúa en nosotros y en el mundo.
8. Dios se acerca a nosotros trayéndonos en la persona de su Hijo Amado, todo lo necesario para que cada persona se convierta en un regalo para los demás.
9. Sólo la amistad con Jesucristo puede sanarnos de los egoísmos, prejuicios, ambiciones e injusticias, que contaminan la familia, el trabajo, la naturaleza. En Belén, gracias a la presencia de Jesús, todo se vuelve armónico: los hombres y mujeres, los animales, las estrellas… ¡Las personas y la naturaleza, en armonía con su Creador!
10. Navidad significa que Dios quiere venir a nuestras vidas para ofrecernos el amor bueno y fiel que hace serena la vida; para ofrecernos el amor generoso y noble que hace superar ofensas y rencores; para ofrecernos el perdón que hace posible volver a la amistad perdida con la familia, con los amigos.
11. Dejemos entrar al Señor en nuestros hogares por medio de la oración y el amor de unos por otros. Esa presencia de Jesús nos ayudará a sobrellevar nuestros problemas y sufrimientos…poco a poco vendrá la paz y junto con ella, la alegría que buscamos.
12. En el niño recostado en el pesebre, podemos descubrir el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre. Aprendamos, en el pesebre, cómo hay que vivir la vida para que valga la pena; hagamos del pesebre el modelo permanente para nuestras familias, para nuestra sociedad.
13. Nos dice el papa Benedicto, “…el pesebre es una escuela de vida, donde podemos aprender el secreto de la verdadera alegría. Ésta no consiste en tener muchas cosas, sino en sentirse amado por el Señor, en hacerse don para los demás y en quererse unos a otros. Miremos el pesebre: la Virgen y san José no parecen una familia muy afortunada; han tenido su primer hijo en medio de grandes dificultades; sin embargo están llenos de profunda alegría, porque se aman, se ayudan, y sobre todo están seguros de que en su historia está la obra Dios, Quien se ha hecho presente en el pequeño Jesús… En eso, queridos amigos, es en lo que consiste la verdadera alegría: es sentir que nuestra existencia personal y comunitaria es visitada y colmada por un gran misterio, el misterio del amor de Dios. Para alegrarnos, necesitamos no sólo cosas, sino amor y verdad: necesitamos a un Dios cercano, que calienta nuestro corazón, y responde a nuestros anhelos más profundos… Por eso el Niño, que ponemos en el pesebre…, es el centro de todo, es el corazón del mundo. Oremos para que cada persona, como la Virgen María, pueda acoger como centro de su propia vida al Dios que se ha hecho Niño, fuente de la verdadera alegría. (SS Bened XVI Angelus)
Les deseo una muy Feliz Navidad y un año nuevo lleno de bendiciones junto a sus seres más queridos
† HORACIO VALENZUELA ABARCA
Obispo de Talca
