Se confirmaron nombres de nuevos párrocos para diez comunidades parroquiales de la Diócesis de Chillán. Estos se unen a tres cambios de párrocos que ya tuvieron efecto este mes.

Cambios de párrocos y vicarios han sido confirmados para varias comunidades parroquiales de la Diócesis de Chillán, en el marco de las reestructuraciones que se quieren para la acción evangelizadora y misionera de la Iglesia Católica local a partir del año pastoral 2007.
La nómina de cambios fue oficializada este martes 05 de diciembre, en la última reunión mensual del clero diocesano, realizada en la Casa de Ejercicios Tabor. El encuentro fue presidido por el obispo de Chillán, monseñor Carlos Pellegrin Barrera.

Entre los nuevos nombres de párrocos se cuentan:
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En la parroquia El Sagrario de Chillán, el padre Patricio Fuentes Benavides, quien además será instituido como nuevo rector de la Iglesia Catedral de Chillán. El sacerdote asumirá en reemplazo del padre Osvaldo Salgado Coe, quien ha solicitado permiso para asumir su ministerio libre.
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En la parroquia San Pablo, el padre Fernando Osorio Venegas, quien hasta la fecha se desempeña como párroco de Colliguay. Este sacerdote asumirá en reemplazo del padre Patricio Fuentes.
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En la parroquia “Nuestra Sra. de Fátima” de Colliguay, asumirá el padre Ramón Seco Pérez, quien dejará la parroquia de Chillán Viejo. El padre Ramón Seco asumirá en reemplazo del padre Fernando Osorio.
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En la parroquia “San Bernardo” de Chillán Viejo asumirá el padre Fernando Varas González, quien hasta la fecha cumple labores de párroco en San Nicolás. El sacerdote reemplazará en el cargo al pare Ramón Seco.
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En la parroquia “Cristo Rey” de San Nicolás, asumirá como párroco el padre Andrés Lacalle, quien se desempeñaba como párroco en Cobquecura. El padre Lacalle reemplazará en el cargo al padre Fernando Varas.
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Hasta la parroquia “San José” de Cobquecura llegará el padre Pedro De La Fuente, quien cumplía labores de vicario en la parroquia San Juan de Dios. El joven sacerdote reemplazará en el cargo al padre Andrés Lacalle.
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Como nuevo párroco de “Santísima Cruz” de Bulnes ha sido nombrado el padre Samuel Cereceda Machuca, quien se desempeña como párroco en Pemuco. Le acompañará como secretario adscrito, el diácono en tránsito al sacerdocio, Héctor Aranda.
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Por su parte, el padre Gustavo Grandón Arellano asumirá como párroco de “Nuestra Sra. de Guadalupe” en Quiriquina.
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Otro cambio se ha confirmado para la parroquia “Nuestra Sra. del Tránsito” en Pinto, donde asumirá como párroco el padre César Ortega Sandoval, quien se desempeñaba como administrador parroquial de Quiriquina. El sacerdote asumirá en reemplazo del padre Tarsicio Troncoso, quien ha solicitado permiso para ejercer su ministerio libre.
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En la parroquia “San José” de Pemuco, asumirá como párroco el padre Alejandro Cid Marchant, quien hasta la fecha cumple labores como vicario de la parroquia El Buen Pastor de Chillán. El sacerdote asumirá en reemplazo del padre Samuel Cereceda.
En lo que respecta a funciones de servicios de acompañamiento, en la parroquia El Buen Pastor ha sido nombrado como vicario parroquial el padre Juan Alberto Arroyo; en la parroquia San Bernardo de Chillán Viejo, el padre Héctor Bravo, quien además ha sido nombrado nuevo director de la Casa de Ejercicios Tabor. Y en la parroquia San Carlos Borromeo, será enviado como secretario adscrito, el diácono en tránsito al sacerdocio, Miguel Ángel Lagos.
Todos estos nombramientos se unen a los cambios que ya han tenido efecto en este último mes como los cambios de párrocos en
El Carmen, donde asumió el padre Jorge Giácaman Giácaman, en la
parroquia Sagrada Familia de Chillán, donde asumió como párroco el padre Gustavo Segura; y en la
parroquia San Vicente, donde asumió como párroco el padre Luis Concha Alarcón.
Esta serie de cambios fueron oficializados por el obispo diocesano, monseñor Carlos Pellegrin, tras un largo proceso de reflexión y discernimiento sobre lo que el Espíritu Santo quiere para nuestra Iglesia Diocesana, a la luz de la tradición de nuestra historia pastoral y de su proyección hacia el futuro.
Tal como lo ha hecho saber en múltiples ocasiones, estos cambios son parte de un proceso natural dentro de una Iglesia en movimiento y constante búsqueda de caminos para una evangelización acorde a las necesidades de los nuevos tiempos. De esta forma, quienes llegan a nuevos cargos, no parten de cero, sino vienen a reforzar un proceso con una historia ya iniciada por sus predecesores.
Comunicaciones Chillán
Chillán, 07-12-2006